• Los lunes de San Nicolás

    Caminata de San Nicolás

    San Nicolás de Bari
    Patrón de la infancia, protector de la familia; abogado en la pobreza
    y en situaciones de necesidad económica.

    Caminata de los tres lunes de San Nicolás. Patrón de la infancia y de la
    familia. Abogado en la pobreza y en situaciones de necesidad económica.

    Caminar o peregrinar a un santuario en busca de auxilio sobrenatural es
    una saludable práctica cristiana. Es un acto penitencial – de ahí hacerlo a
    pie, si es posible, y en silencio – para alcanzar el favor espiritual.

    PRIMERO
    Reconcíliate con Dios, con la Iglesia a y con el prójimo con una buena
    CONFESIÓN, si estás en pecado grave o hace tiempo que no has
    acudido a la confesión sacramental.

    SEGUNDO
    Participa en la SANTA MISA escuchando atentamente la Palabra de
    Dios, la Plegaria Eucarística y comulgando. (recuerda que para
    acercarte a la comunión has de tener las debidas disposiciones).

    TERCERO
    Después del a Misa (NO durante la Misa), reza las siguientes oraciones.

    Salmo 62
    El alma sedienta de Dios
    Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
    mi alma está sedienta de ti;
    mi carne tiene ansia de ti,
    como tierra reseca, agostada, sin agua.
    ¡Cómo te contemplaba en el santuario
    viendo tu fuerza y tu gloria!
    Tu gracia vale más que la vida,
    te alabarán mis labios.
    Toma mi vida te bendeciré
    y alzaré las manos invocándote.
    Me saciaré como de enjundia y de manteca,
    y mis labios de alabarán jubilosos.
    El en lecho me acuerdo de ti
    y velando medito en ti,
    Porque fuiste mi auxilio,
    y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
    mi alma está unida a ti,
    y tu diestra me sostiene.

    Gloria al Padre, al Hijo y
    al Espíritu Santo

    Peticiones

    Pidamos con fe y confianza a Dios Nuestro Padre, por medio de
    Jesucristo, la intercesión de San Nicolás.

    Por la Santa Iglesia: para que, con la asistencia del Espíritu Santo,
    pueda evangelizar libremente en todo el mundo.
    Por nuestras familias: para que sean hogares luminosos y alegres;
    desaparezcan las desavenencias y discordias.
    Por los esposos cristianos; para que se amen de verdad, dando
    testimonio del amor de Jesucristo a su Iglesia, desterrando toda
    infidelidad, incomprensión y desconfianza.
    Por los padres de familia: para que den siempre testimonio de la fe con
    su ejemplo y palabra.
    Por todos los niños expuestos a peligros de violencia, abandono o
    enfermedad: para que San Nicolás sea su Ángel protector.
    Por la salud de nuestros enfermos, por el consuelo de los que sufren.
    Por los que buscan trabajo para llevar un vida digna y no lo encuentran.
    Por los que sufren a causa de problemas económicos.
    Por las familias que pasan necesidad.
    Por mi actual necesidad(…) para que salga de ella con éxito por la
    intercesión de San Nicolás.
    Por todos los difuntos, especialmente nuestros familiares: para que Dios
    los acoja en el cielo.
    Atiende, Señor, benigno, nuestras peticiones y concédenos lo que
    te pedimos por intercesión de San
    Nicolás.
    Amén

    ORACIÓN A SAN NICOLÁS

    Señor, imploramos tu misericordia
    y te suplicamos que por la intercesión de
    San Nicolás nos asistas en todas nuestras
    necesidades.
    Que los niños reciban protección
    en todos los peligros.
    Que los jóvenes consigan apoyo y orientación
    para formar una familia unida y en paz.
    Que los enfermos encuentren solución y
    remedio a sus angustias y dificultades.
    Y así podamos caminar seguros por la senda
    de la salvación.
    Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

    Padre Nuestro.
    Ave María.
    Gloria.

  • Servicios parroquiales

    Bautizos

    La Iglesia, que recibió la misión de evangelizar y de bautizar, bautizó ya desde los primeros siglos, no solamente a los adultos, sino también a los niños. En aquellas palabras del Señor: “El que no nazca de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios”, siempre entendió la Iglesia que no había de privar del Bautismo a los niños, porque consideró que son bautizados en la fe de la misma Iglesia, proclamada por los padres, padrinos y demás presentes. Ellos representan tanto a la Iglesia local como a la comunidad universal de los santos y de los fieles; es decir, “a la Madre Iglesia”, que toda ella, en la totalidad de sus miembros, engendra a todos y a cada uno.

    Ahora bien, para completar la verdad del sacramento conviene que los niños sean educados después en la fe en que han sido bautizados. El mismo sacramento recibido será el fundamento y la fuente de esta educación. Porque la educación en la fe, que en justicia se les debe a los niños, tiende a llevarles gradualmente a comprender y asimilar el plan de Dios en Cristo, para que finalmente ellos mismos puedan libremente ratificar la fe en que han sido bautizados.

    La Parroquia de san Nicolás se alegra con los padres que desean bautizar a sus hijos y se pone a su disposición para organizar la celebración con la preparación, dignidad y decoro debidos. A tal fin los padres que deseen bautizar a su hijo/a conviene que se pongan en contacto con la Oficina Parroquial en la que se les atenderá e informará de los detalles.

    Para consultar fechas y detalles de la celebración dirigirse a la secretaría parroquial: secretaria@sannicolasvalencia.com

    Para consultar fechas y detalles de la celebración es necesario acudir a la Parroquia, al menos uno de los padres, y concertar una entrevista personal con el párroco.
    Contacta en secretaria@sannicolasvalencia.com

    Bodas

    «La alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, fue elevada por Cristo Nuestro Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados» (CIC can. 1055, §1)

    La sagrada Escritura se abre con el relato de la creación del hombre y de la mujer a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,26- 27) y se cierra con la visión de las «bodas del Cordero» (Ap 19,9; cf. Ap 19, 7). De un extremo a otro la Escritura habla del matrimonio y de su «misterio», de su institución y del sentido que Dios le dio, de su origen y de su fin, de sus realizaciones diversas a lo largo de la historia de la salvación, de sus dificultades nacidas del pecado y de su renovación «en el Señor» (1 Co 7,39) todo ello en la perspectiva de la Nueva Alianza de Cristo y de la Iglesia (cf Ef 5,31-32).

    «La íntima comunidad de vida y amor conyugal, está fundada por el Creador y provista de leyes propias. […] El mismo Dios […] es el autor del matrimonio» (GS 48,1). La vocación al matrimonio se inscribe en la naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del Creador. El matrimonio no es una institución puramente humana a pesar de las numerosas variaciones que ha podido sufrir a lo largo de los siglos en las diferentes culturas, estructuras sociales y actitudes espirituales. Estas diversidades no deben hacer olvidar sus rasgos comunes y permanente. A pesar de que la dignidad de esta institución no se trasluzca siempre con la misma claridad (cf GS 47,2), existe en todas las culturas un cierto sentido de la grandeza de la unión matrimonial. «La salvación de la persona y de la sociedad humana y cristiana está estrechamente ligada a la prosperidad de la comunidad conyugal y familiar» (GS 47,1).

    Dios que ha creado al hombre por amor, lo ha llamado también al amor, vocación fundamental e innata de todo ser humano. Porque el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gn 1,2), que es Amor (cf 1 Jn 4,8.16). Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al hombre. Este amor es bueno, muy bueno, a los ojos del Creador (cf Gn1,31). Y este amor que Dios bendice es destinado a ser fecundo y a realizarse en la obra común del cuidado de la creación. «Y los bendijo Dios y les dijo: «Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sometedla»» (Gn 1,28).

    La Sagrada escritura afirma que el hombre y la mujer fueron creados el uno para el otro: «No es bueno que el hombre esté solo» (Gn 2, 18). La mujer, «carne de su carne» (cf Gn2, 23), su igual, la criatura más semejante al hombre mismo, le es dada por Dios como un «auxilio» (cf Gn 2, 18), representando así a Dios que es nuestro «auxilio» (cf Sal 121,2). «Por eso deja el hombre a su padre y a su madre y se une a su mujer, y se hacen una sola carne» (cf Gn 2,18-25). Que esto significa una unión indefectible de sus dos vidas, el Señor mismo lo muestra recordando cuál fue «en el principio», el plan del Creador (cf Mt 19, 4): «De manera que ya no son dos sino una sola carne» (Mt 19,6).

    Expediente matrimonial

    El expediente matrimonial se inicia ordinariamente en la parroquia del domicilio de la novia, y está destinado a que la Iglesia configure y registre adecuadamente el sacramento del matrimonio. En la parroquia de la contrayente le ayudarán a gestionar los documentos necesarios, que varían según la situación de cada persona (cristiano no católico, no bautizado, viudo, residente fuera de España, etc.). La tramitación del expediente matrimonial, en el más breve de los casos dura, al menos, un mes.

    Es preceptiva la comunicación al Registro Civil del matrimonio celebrado, dentro de un plazo no superior a los cinco días siguientes a la celebración de la boda.

     

    Documentación necesaria para la boda

    • Certificación literal de nacimiento y de estado civil (Registro Civil).
    • Partidas de Bautismo (Parroquia en la que se recibió el Bautismo) y Confirmación.
    • Certificado de haber hecho el cursillo prematrimonial, mejor entre seis y dos meses antes de la boda.
    • Fotocopia del DNI, NIE o PASAPORTE (y, en su caso, certificado de empadronamiento).
    • Nombre del sacerdote oficiante (si es ajeno a la Parroquia).
    • Expediente matrimonial con Proclamas o dispensa de amonestaciones, juramento de los contrayentes y testigos.

    Solicitar una fecha

    Para solicitar una fecha es necesario acudir a la Parroquia, al menos uno de los contrayentes y concertar una entrevista personal con el párroco.
    Contacta en secretaria@sannicolasvalencia.com

     

    CELEBRACIÓN EN SAN NICOLÁS

    Preparación Litúrgica

    La celebración del Matrimonio se ajusta de modo estricto al Ritual del Matrimonio de la Iglesia Católica. Los novios tendrán las entrevistas que sean necesarias con el párroco, para concertar con él los detalles y el desarrollo de la ceremonia. Si el sacerdote celebrante no pertenece a la de la Parroquia, se ha de poner en contacto con nosotros para indicarle las peculiaridades de esta iglesia, de forma que la celebración resulte digna y piadosa.

     

    Música, fotografía y vídeo

    La Parroquia dispone de una directora musical que tiene preparado un elenco de piezas apropiadas a la naturaleza de la celebración y del templo. La música se ha de ajustar a las indicaciones de la dirección musical de la Parroquia. Los contrayentes deberán contactar con la directora musical y ponerse de acuerdo con las obras y la retribución correspondiente a los músicos.

    Los contrayentes no pueden traer su propio coro, orquesta u organista.

    En el interior del templo solo podrá realizar el vídeo y reportaje fotográfico el estudio propuesto por la Parroquia; si los contrayentes desean otros profesionales deberán recibir la autorización de la Parroquia, que solo se concederá después de una entrevista con los profesionales de referencia y la firma de los protocolos correspondientes.

     

    Otros detalles de la ceremonia

    Las flores se han de encargar en la floristería designada por la Parroquia. La alfombra del pasillo central es optativa.

    Un retraso notable e injustificado en el comienzo –más de 20 minutos– puede motivar que se celebre la boda sin Misa.

    La Parroquia no tiene ninguna jurisdicción sobre la vía pública: todo lo que se haga en la Plaza de san Nicolás debe ajustarse a la normativa municipal.

    Ofrenda

    Desde tiempo inmemorial los fieles, al celebrar un sacramento, ofrecen un donativo u ofrenda que se emplea para atender los fines de la Iglesia: sostener el culto divino, hacer las obras de apostolado sagrado y de caridad, sobre todo con los necesitados y sustentar honestamente al clero y demás ministros.

    En la Parroquia de san Nicolás, lo habitual es que los novios entreguen un donativo como ofrenda por la boda. Esta ofrenda se destina a las obras de caridad y apostolado; a los gastos ordinarios de luz, limpieza, objetos para el culto, personal, agentes del servicio pastoral; y a los extraordinarios de conservación del patrimonio histórico–artístico.

    Los contrayentes serán informados de la ofrenda establecida cada año y al reservar formalmente una fecha, dejarán una cantidad como señal.

    Unción y comunión de enfermos

    La Unción de los enfermos es un sacramento instituido por Jesucristo, insinuado como tal en el Evangelio de San Marcos (cfr. Mc 6,13), y recomendado a los fieles y promulgado por el Apóstol Santiago:

    «Está enfermo alguno de vosotros? Llame a los presbíteros de la Iglesia, que oren sobre él y le unjan con óleo en el nombre del Señor. Y la oración de la fe salvará al enfermo, y el Señor hará que se levante, y si hubiera cometido pecados, le serán perdonados» (St 5,14-15).

     La Tradición viva de la Iglesia ha reconocido en este rito, especialmente destinado a reconfortar a los enfermos y a purificarlos del pecado y de sus secuelas, uno de los siete sacramentos de la Nueva Ley.

    La gracia especial de este sacramento tiene como efectos:

    • La unión del enfermo con la Pasión de Cristo, para su propio bien y el de toda la Iglesia;
    • El consuelo, la paz y el ánimo para sobrelleva cristianamente los sufrimientos de la enfermedad o de la vejez;
    • El perdón de los pecados si el enfermo no puede recibir el sacramento de la Penitencia;
    • El restablecimiento de la salud corporal si conviene a la salud espiritual;
    • La preparación para el paso a la vida eterna.

    El sacramento de la Unción de enfermos lo puede recibir cualquier fiel que comienza a encontrarse gravemente enfermo o es de avanzada edad. El mismo fiel lo puede recibir también otras veces.

    Rogamos se pongan en contacto con la Parroquia para pedir la administración de este Sacramento cuando sea necesario.

    Contacta en: secretaria@sannicolasvalencia.com o en el teléfono 96 391 33 17.

    Igualmente desde la Parroquia se lleva la Sagrada Comunión a los enfermos e impedidos. Cuando un fiel se encuentra enfermo o impedido puede recibir la Sagrada Comunión. Rogamos para ello se pongan en contacto con la Parroquia con el fin de concretar el momento más oportuno para la visita al enfermo.

    Contacta en: secretaria@sannicolasvalencia.com o en el teléfono 96 391 33 17.

    Intenciones de Misas

    El Sacerdote celebrante puede aplicar u ofrecer a Dios cada celebración de la Santa Misa por intenciones particulares: tanto por los vivos, como por la salvación eterna de los difuntos (cf. Código de Derecho Canónico, c. 901; Catecismo de la Iglesia Católica, nn. 1371, 958, 1689, 1032, passim).

    En cada celebración de la Eucaristía se actualiza sacramentalmente el sacrificio de Cristo en la cruz, su muerte y resurrección, que, en el Espíritu Santo, se ofrece a Dios Padre por la salvación del mundo.

    Todo cristiano puede encargar al Sacerdote que aplique la Misa por una determinada intención particular.

    Quienes deseen que se aplique la Misa por su intención lo han de comunicar en la Sacristía de la Parroquia.

    Por los vivos


    Se puede, por tanto, aplicar la Misa por los vivos: para pedir al Señor por cualquier necesidad propia o ajena (por otra persona o personas); también se puede y se debe aplicar la Misa en acción de gracias a Dios, por los beneficios que de Él recibimos. Hay quienes, además, al encargar una intención de Misa, lo hacen queriendo que se tenga en cuenta la intercesión de la Santísima Virgen María (incluso en alguna de sus advocaciones), o la intercesión de algún Santo (a quienes tienen particular devoción).

    Por los difuntos


    Asimismo, se puede y se debe aplicar la Misa por los difuntos: pueden necesitar nuestra ayuda si, al morir, necesitan de purificación antes de poder entrar en la Visión de Dios. La promesa recibida de Dios en el Bautismo conduce al cristiano a participar en la Vida eterna junto a Dios, a entrar en la comunión de su amor, de su paz, de su descanso y de su alegría por toda la eternidad. Sin embargo, las consecuencias de los propios pecados pueden hacer necesaria una previa purificación tras la muerte, en la situación transitoria del «Purgatorio», antes de poder entrar definitivamente en el Cielo.

    Nunca sabemos la situación de cada uno en particular. Por eso, la Iglesia, con amor de madre, confía a todos los difuntos, y a cada uno en particular, a la misericordia de Dios, intercediendo ante Él por ellos: con su oración incesante, y, sobre todo, ofreciendo el sacrificio redentor de su Hijo en la Eucaristía, para que sus frutos les alcancen a ellos en la situación en la que se encuentren. He aquí parte del maravilloso misterio de la «Comunión de los Santos».
    Es necesario rezar por la salvación eterna de los hermanos difuntos. Podemos ofrecer por ellos a Dios algún sacrificio, limosnas, tratar de obtener el don de la Indulgencia para ello. Sin duda, lo mejor que podemos hacer por nuestros familiares difuntos (¡la mayor obra de caridad que podemos hacer!) es rezar a Dios por ellos, y, sobre todo, aplicar u ofrecer la Santa Misa al Señor por ellos.

    • Misa exequial. Es la Misa que se aplica por un hermano difunto el día de su entierro. A veces se realiza en el tanatorio en el que ha tenido lugar el velatorio, y los sacerdotes de la Parroquia están disponibles para ir allí. Pero es mucho mejor cuando se realiza en la propia Parroquia: es en el seno de la comunidad parroquial donde nacemos a la Vida eterna el día de nuestro Bautismo; es aquí donde desarrollamos nuestra vida sacramental, el lugar de la celebración de la fe, el lugar desde donde Dios acompaña el devenir de nuestra vida en la totalidad de su misterio; y, así también, la Parroquia debe ser el lugar desde donde se nos despida y se nos confíe a la misericordia de Dios en la celebración de las exequias. Toda Parroquia está disponible para celebrar el entierro de sus feligreses. Así también, nuestra Parroquia de San Nicolás está igualmente disponible para abrazar a los suyos en la celebración del paso de la muerte a la Vida, sea el día que sea.
    • Misa Funeral. Es costumbre también aplicar la Misa funeral por cada difunto, en torno a los ocho días desde su fallecimiento, previo encargo por parte de la familia.
    • Misas Gregorianas. Se trata de una importante, hermosa y antiquísima tradición que surge a partir del Papa San Gregorio Magno (años 540-604), de ahí el nombre de «gregorianas». Él narra en una obra suya titulada Diálogos (IV, 55: PL 77, 420-421) cómo encargó un tricenario de Misas por la salvación eterna de un monje difunto, y, tras celebrar la número 30 y última, tuvo la visión de que su alma salía liberada del Purgatorio hacia el Cielo. Esta tradición consiste, por tanto, en aplicar 30 Misas por un difunto, que se celebran en días sucesivos y sin interrupción. Las familias suelen encargar estas «Misas Gregorianas» no mucho tiempo después del fallecimiento de su familiar, y se celebran durante 30 días consecutivos, ininterrumpidamente.
    • Aniversario. También se aplica la «Misa funeral» en el primer aniversario del fallecimiento de un difunto. Las familias no se descuidan en encargarlo; así como también encargan la Misa cotidiana en sucesivos aniversarios.
    • Mensual o fija. Es la forma —por así decir— más cómoda o más práctica de asegurar que se aplique la Misa de forma habitual por uno o por varios difuntos. Hay muchas familias que así lo hacen, y así se despreocupan de estar pendientes de hacer el encargo en cada ocasión. Se trata de encargar que se aplique la Misa por uno o por varios difuntos en un día fijo de cada mes (las familias a veces eligen incluso el día del fallecimiento del difunto), y ya en la Parroquia nos responsabilizamos de que ese día, de manera fija todos los meses, se aplique la Misa por la intención encargada, sin necesidad de que la familia tenga que volver a recordarlo. También se puede encargar la aplicación de una Misa “mensual o fija” con intención por los vivos (por una necesidad, o en acción de gracias por beneficios recibidos, etc.). Ésta es la mejor forma de asegurar que se aplique la Misa de forma habitual por una intención determinada.
    • Cotidiana. Siempre que se quiera y se desee se puede encargar la aplicación de la Misa (diaria, o cotidiana) por una intención particular: tanto por los vivos como por los difuntos.

    Para encargar cualquier intención por la que se quiera que el Sacerdote celebrante aplique la Misa sólo hay que avisarlo en la Sacristía de la Parroquia.

    Casos particulares


    A veces hay personas que, bien por falta de familiares directos, o bien por cualquier otra causa, piensan que, tras su propio fallecimiento, quizás no tengan quienes encarguen la celebración de la Santa Misa por su propia salvación, y quieren asegurar ellos mismos, ya en vida, la aplicación de Misas por ellos, una vez hayan fallecido (en número de Misas que ellos mismos determinan). Quienes deseen proceder así, y dejar esto previsto ya en vida, pueden acercarse a la Parroquia, donde se les informará de cómo pueden hacerlo.

    Documentación

    Pedir una cédula de bautismo
    Solicitar certificados

    Documento de voluntades Anticipadas  

    Contacta en secretaria@sannicolasvalencia.com

  • Oraciones

    Oraciones a San Nicolás

    CAMINATA DE LOS TRES LUNES

    PRIMER LUNES.

    Oración

    Señor San Nicolás, por la preciosa Sangre de mi Señor Jesucristo que derramó en la cruz; por la corona de espinas que pusieron en su cabeza; por los golpes que recibió en su rostro; por la lanzada que le dieron en su costado; ¡oh, divino amor! por los azotes que recibió en su cuerpo; por el dolor que sintió su Santísima Madre en la calle de la Amargura, cuando le vio caer con la cruz a cuestas por nuestras culpas; por todo lo que sintió en su Pasión y por la abundante sangre que El derramó: Te suplico, señor San Nicolás, que intercedas por las necesidades y aflicciones que me rodean, y me ayudes en todas mis necesidades.
    Rezar la oración, hacer la petición y decir:
    Señor San Nicolás, óyeme Señor San Nicolás, escúchame Señor San Nicolás, confórtame
    Concluir con la alabanza y oración final.

    Alabanza

    Lleno de dulce esperanza
    hoy vengo a ti, Santo mío,
    pues en tu bondad confío
    de encontrar mi bienandanza.

    Yo se bien que mi confianza
    No ha de salir defraudada,
    y que veré despachada
    mi ferviente petición
    pues calmarás la aflicción
    de esta alma atribulada.

    Oración final

    Glorioso San Nicolás, humilde y virtuoso Pastor de almas, acuérdate que no se ha oído decir que no alcance tu favor quien a ti se acerca en sus tribulaciones. Confí­o en ti, espero en ti y te pido que seas mi intérprete para con Dios Nuestro Señor, a fin de obtener esta gracia que con toda mi alma te pido. Sé mi guía  sé mi abogado y purifica mi alma.
    Amén.

    SEGUNDO LUNES.

    Oración

    Señor San Nicolás, por la preciosa Sangre de mi Señor Jesucristo que derramó en la cruz; por la corona de espinas que pusieron en su cabeza; por los golpes que recibió en su rostro; por la lanzada que le dieron en su costado; ¡oh, divino amor! por los azotes que recibió en su cuerpo; por el dolor que sintió su Santísima Madre en la calle de la Amargura, cuando le vio caer con la cruz a cuestas por nuestras culpas; por todo lo que sintió en su Pasión y por la abundante sangre que El derramó: Te suplico, señor San Nicolás, que intercedas por las necesidades y aflicciones que me rodean, y me ayudes en todas mis necesidades.
    Rezar la oración, hacer la petición y decir:
    Señor San Nicolás, óyeme Señor San Nicolás, escúchame Señor San Nicolás, confórtame
    Concluir con la alabanza y oración final.


    Alabanza

    Lleno de dulce esperanza
    hoy vengo a ti, Santo mío,
    pues en tu bondad confío
    de encontrar mi bienandanza.

    Yo se bien que mi confianza
    No ha de salir defraudada,
    y que veré despachada
    mi ferviente petición
    pues calmarás la aflicción
    de esta alma atribulada.

    Oración final

    Glorioso San Nicolás, humilde y virtuoso Pastor de almas, acuérdate que no se ha oído decir que no alcance tu favor quien a ti se acerca en sus tribulaciones. Confí­o en ti, espero en ti y te pido que seas mi intérprete para con Dios Nuestro Señor, a fin de obtener esta gracia que con toda mi alma te pido. Sé mi guía, sé mi abogado y purifica mi alma.
    Amén.

    TERCER LUNES

    Oración

    Señor San Nicolás, por la preciosa Sangre de mi Señor Jesucristo que derramó en la cruz; por la corona de espinas que pusieron en su cabeza; por los golpes que recibió en su rostro; por la lanzada que le dieron en su costado; ¡oh, divino amor! por los azotes que recibió en su cuerpo; por el dolor que sintió su Santísima Madre en la calle de la Amargura, cuando le vio caer con la cruz a cuestas por nuestras culpas; por todo lo que sintió en su Pasión y por la abundante sangre que El derramó: Te suplico, señor San Nicolás, que intercedas por las necesidades y aflicciones que me rodean, y me ayudes en todas mis necesidades.
    Rezar la oración, hacer la petición y decir:
    Señor San Nicolás, óyeme Señor San Nicolás, escúchame Señor San Nicolás, confórtame
    Concluir con la alabanza y oración final.

    Alabanza

    Lleno de dulce esperanza
    hoy vengo a ti, Santo mío,
    pues en tu bondad confío
    de encontrar mi bienandanza.

    Yo se bien que mi confianza
    No ha de salir defraudada,
    y que veré despachada
    mi ferviente petición
    pues calmarás la aflicción
    de esta alma atribulada.


    Oración final

    Glorioso San Nicolás, humilde y virtuoso Pastor de almas, acuérdate que no se ha oído decir que no alcance tu favor quien a ti se acerca en sus tribulaciones. Confí­o en ti, espero en ti y te pido que seas mi intérprete para con Dios Nuestro Señor, a fin de obtener esta gracia que con toda mi alma te pido. Sé mi guía, sé mi abogado y purifica mi alma.
    Amén.

    HIMNO

    Desde este mar proceloso
    oh Padre San Nicolás,
    condúcenos al puerto seguro
    desde la patria celestial.
    De las luchas de la vida
    y mortales tempestades
    sálvanos por tu favor
    y virtudes singulares.
    Siempre acudes en socorro
    de cuantos tu auxilio imploran:
    enfermos y navegantes
    pobres o ricos te invocan.
    Por tu santidad eximia
    e intercesión poderosa,
    haz que elegidos seamos
    a la eternidad dichosa.
    A los fieles que devotos
    vuestro culto propagamos
    haznos merecer la gloria
    amando a nuestros hermanos.

    Amén.

    ORACIÓN I

    Señor imploramos tu misericordia
    y te suplicamos que por la intercesión de san Nicolás
    nos asistas en todas
    nuestras necesidades.

    Que los niños reciban protección en todos los peligros
    Que los jóvenes consigan apoyo y orientación para formar una familia unida y en paz.
    Que los enfermos sientan fortaleza y auxilio en su tribulación.
    Que las familias encuentren solución y remedio a sus angustias y dificultades.

    Y así­ podamos caminar seguros por la senda de la salvación.
    Por Jesucristo nuestro Señór.
    Amén
    Padre nuestro. Ave Marí­a. Gloria.

    ORACIÓN II

    ¡Oh glorioso san Nicolás mi especial protector! desde aquella morada de Luz, en que gozáis de la presencia divina, volved piadoso vuestros ojos hacia mí­, y alcanzadme del Señor aquellas gracias y auxilios convenientes a mis necesidades, tanto espirituales como corporales, y en particular la gracia y necesidad que sea conveniente para mi eterna salvación.
    Proteged también, oh glorioso santo obispo, al Papa, a la Iglesia santa y a nuestras familias.
    Guiad al camino recto de la salvación a los que viven apartados de la fe y de la caridad o envueltos en las tinieblas de la ignorancia, del error o de vivir como si Dios no existiera.
    Consolad a los afligidos, socorred a los necesitados, confortad a los débiles, defended a las familias, asistid a los enfermos; y haced por fin que todos experimentemos los efectos de vuestra poderosa intercesión ante Dios, supremo Dispensador de todos los bienes.
    Amén
    Rezar un Padre nuestro y Ave Marí­a.

    ¡Oh bienaventurado San Nicolás! a quién Dios ha glorificado con innumerables milagros manifestando su voluntad de que acudamos a ti, en los momentos difíciles de nuestra vida, confiados en tu protección.
    ¡Oh portento de caridad! al que acuden las familias, los pobres, los enfermos, los comerciantes, los empleados, los presos, los niños, las jóvenes en peligro o angustia; yo, humildemente te pido me alcances la gracia que de ti espero, confiado en tu valiosa protección, la que nunca niegas a tus devotos, para que favorecidos por tus bondades, cantemos una vez más las misericordias del Señor, y las maravillas de sus santos.

    ¡Misericordioso San Nicolás! no me abandones.

    ORACIÓN III

    Imploramos, Señor, suplicantes, tu misericordia, y por tu intercesión de San Nicolás, guárdanos de todos los peligros, para que se nos muestre amable el camino de salvación.

    Por Jesucristo Nuestro Señor.
    Amén

    Oraciones a San Judas Tadeo

    CONSAGRACIÓN

    San Judas, Apóstol de Cristo y Mártir glorioso, deseo honrarte con especial devoción.Te acojo como mi patrón y protector. Te encomiendo mi alma y mi cuerpo, todos mis intereses espirituales y temporales y asimismo los de mi familia.

    Te consagro mi mente para que en todo proceda a la luz de la fe; mi corazón para que lo guardes puro y lleno de amor a Jesús y María; mi voluntad para que, como la tuya, está siempre unida a la voluntad de Dios. Te suplico me ayudes a dominar mis malas inclinaciones y tentaciones evitando todas las ocasiones de pecado. Obténme la gracia de no ofender a Dios jamás, de cumplir fielmente con todas las obligaciones de mi estado de vida y practicar las virtudes necesarias para salvarme.

    Ruega por mi Santo Patrón y auxilio mÃío, para que, inspirado con tu ejemplo y asistido por tu intercesión, pueda llevar una vida santa, tener una muerte dichosa y alcanzar la gloria del Cielo donde se ama y da gracias a Dios eternamente.

    Amén.

    NOVENA

    San Judas, el sanador poderoso

    San Judas acompañó a Jesús por las aldeas de Israel y fue testigo de su poder de sanación. Tal vez el vio a Jesús curar a los diez leprosos, sanar a una mujer sufriendo hemorragias, resucitar a los muertos. Cuando el pobre ciego gritó, «¡Jesús, hijo de David! Ten compasión de mí­,» San Judas probablemente oyó a Jesús contestar: «Recobra tu vista. Tu fe te ha sanado.» (Lc 18:39-42)

    San Judas fue uno de los discípulos a quienes Jesús «dio poder y autoridad … y los envió³ a proclamar el Reino de Dios y a curar. » (Lc 9:1-2).

    Los envió³ de dos en dos, y ellos se quedaron admirados porque «Echaban a muchos espíritus malos y sanaban a numerosos enfermos con una unción de aceite.» (Mc 6:13)

    Tal vez dudamos que Dios quiera lo mejor para nosotros. Puede ser que a veces pensemos que nuestro sufrimiento o enfermedad es un castigo de Dios por nuestros pecados. Nos olvidamos como Jesús trabajaba incansablemente para sanar a los enfermos. Cuando Jesús curó al hombre que nació³ ciego, explicó, «Esta incapacidad no es por haber pecado él o sus padres, sino para que la obra de Dios se manifieste en él.» (Jn 9:3)
    San Judas entendió³ que el deseo del Señor era sanar a la gente. Después de la ascensión de Jesús, San Judas y los otros apóstoles «salieron a predicar por todas partes con la ayuda del Señor, el cual confirmaba su mensaje con señales milagrosas que los acompañaban.» (Mc 16:18)

    Las palabras de Jesús durante la última cena se cumplieron en San Judas: «Les aseguro que la persona que cree en mi hará¡ también las obras que yo hago, y hará¡ otras todavía más grandes.» (Jn 12:14)

    Oración

    San Judas, tú fuiste testigo del poder sanador de nuestro Señor, Jesús. Tú viste su compasión por los enfermos y moribundos. Tu mismo tocaste a los enfermos, compartiste los dolores de los afligidos, y animaste a los desconsolados. Tú recibiste la autoridad y el poder de Jesús para hacer maravillas, curar a los incurables, y restaurar a los incapacitados. Te pedimos que intercedas ante nuestro hermano, Jesús, para que envíe su gracia para sanar a los enfermos y afligidos, para levantar a los espíritus caídos, y para infundir esperanza a los corazones desesperados.

    Amen

    Compromiso.

    Prometo que de alguna manera llevaré la buena nueva del amor de Dios a una persona enferma.
    San Judas, Apóstol de Oración

    Jesús enseña a San Judas cómo rezar y cómo orar con una fe que puede trasladar montañas. Su oración fue inspirada por las palabras de Jesús: «Pidan, y Dios les dará¡; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá.» (Lc 11:9-10)

    A veces pensamos que Dios nos ha abandonado o que nuestras oraciones no fueron escuchadas. San Judas, al contrario, oraba con la confianza inculcada por la enseñanza de Jesús: «Fijense como crecen las flores; no trabajan ni hilan. Sin embargo, ni siquiera el rey Salomón, con todo su lujo, se vestía como una de ellas. ¡Cuánto más Dios habrá¡ de vestirlos a ustedes!…. Por lo tanto, no anden afligidos….Tu Padre ya sabe lo que necesitan. Pongan su atención en el reino de Dios, y recibirán también estas otras cosas.» (Lc 12:22-31)

    Aunque no entendamos totalmente los caminos de Dios, nos ponemos en sus manos con mucha confianza, como Jesús mismo lo hizo. San Judas estuvo con Jesús la noche en que el Señor oró en el huerto. Allí, en su agonía de oración, Jesús enseñó a sus apóstoles cómo rezar: «Padre, si es posible, líbrame de este trago amargo, pero que no se haga lo que yo quiera sino lo que tú quieras.» (Mt 26:39)

    Cuando somos insistentes pero confiados en nuestra oración, permitimos que nuestra oración transforme nuestras vidas. Abrimos nuestros corazones al espíritu de Dios, aceptando los desafí­os que Dios nos enví­a y generosamente comprometiéndonos a imitar a Jesús. San Judas entendió las palabras del Señor: «No todos los que me dicen: ‘Señor, Señor,’ entrarán en el reino de Dios, sino solamente los que hacen la voluntad de mi Padre.» (Mt 7:21)

    Oración

    San Judas, por medio de oración alababas a Dios por las obras maravillosas de Jesús. Pediste a Dios la fuerza para enfrentar los retos de tu apostolado. Pusiste tu confianza en la misericordia de Dios, creyendo firmemente que Dios te amaba y entendí­a tus penas y alegrías, tus sueños y miedos, tus triunfos y fracasos. Comprendiste que nada es imposible para Dios. Te pedimos que ores por nosotros delante del Altí­simo para que nos llene con su fuerza, entendamos su voluntad para nosotros, y con mucha confianza nos coloquemos en sus manos amorosas.

    Amen

    Compromiso

    Me comprometo de nuevo a orar con más confianza para que siempre se haga la voluntad de Dios en mí­.
    San Judas, Paciente en el Sufrimiento

    Como los demás apóstoles, San Judas sufrió un martirio por su compromiso de llevar a cabo la misión de nuestro Señor, Jesucristo. Aceptó el reto de Jesús, «Si alguien quiere ser discípulo mí­o, que se olvide de si mismo, cargue con su cruz cada día y que me siga.» (Lc 9:23)

    San Judas compartió sus sufrimientos con el Señor. Le escuchó decir, «Vengan a mi todos ustedes que están cansados de sus trabajos y cargas, y yo los haré descansar. Acepten el yugo que les pongo, y aprendan de mi, que soy paciente y de corazón humilde; así­ encontrarán descanso. Porque el yugo que les pongo es fácil y la carga que les doy a llevar es liviana.» (Mt 11:28-30)

    San Judas creí­a que sus sufrimientos estaban unidos a los de Jesucristo y, por eso, tenían valor redentor. San Pablo declaró, «Me alegro de lo que sufro por ustedes; porque de esta manera voy completando en mi propio cuerpo lo que falta de los sufrimientos de Cristo por la Iglesia, que es su cuerpo.» (Col 1:24)

    San Judas era humano. Sentí­a dolor como nosotros. Pero se acordaba del sufrimiento de Jesús, su sentido de abandono en la cruz cuando gritó, «Dios mí­o, Dios mí­o, ¿por qué me has abandonado?» (Mt 27:46). Estas memorias le ayudaron a aguantar el dolor porque él sabía que sufrí­a en comunión con el Señor.

    En nuestros sufrimientos reflexionamos sobre los de nuestro Salvador, Jesucristo. Le escupieron, fue azotado, coronado con espinas y clavado en la cruz donde se quedó colgado por tres horas. Tal vez el sufrimiento más doloroso que atravesó su corazón fue el rechazo de parte de los lí­deres del pueblo y el abandono por sus amigos. Sin embargo, Jesús se mantuvo fiel hasta el final cuando gritó, «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.» (Lc 23:46)

    Oración

    San Judas, tú te mantuviste fiel al Señor hasta la muerte. Entregaste tu vida para que otros pudieran vivir. Aguantaste el dolor fí­sico y el abandono espiritual. Pero, te alegraste por poder unir tus sufrimientos a los de nuestro Salvador Jesús , y así compartiste en la redención del mundo . Ahora te pedimos que intercedas con nuestro hermano, Jesucristo, para que nosotros también podamos ser fieles en nuestros sufrimientos. Ayúdanos a confiar en Dios y poner nuestras vidas en sus manos.

    Amen

    Compromiso

    Juntaré todos mis sufrimientos y dolores a los de Jesucristo para la redención del mundo y animaré a otra persona que está sufriendo.

    San Judas, Campeón de Justicia y Paz

    Al acompañar a Jesús y al escuchar su enseñanza, San Judas aprendió cómo luchar por la justicia y la paz. El oyó el sermón de la montaña cuando Jesús enseñó, «Bienaventurados son los que trabajan por la paz, porque serán reconocidos como hijos e hijas de Dios….Bienaventurados ustedes cuando por causa mía los maldigan, los persigan y les levanten toda clase de calumnias. Alégrense y muéstrense contentos, porque será grande la recompensa que recibirán en el cielo.» (Mt 5:9, 11-12)

    San Judas escribió en su carta, «Les ruego que luchen por la fe que una vez fue entregada a los que pertenecen a Dios.» (Judas 1:3). San Judas sí­ luchaba por todo lo que Jesús trató de establecer. Como Jesús, San Judas predicaba la buena nueva a los pobres, proclamó la libertad a los cautivos, restauró la vista a los ciegos, y liberó a los oprimidos. (Lc 4:18)

    A veces resistimos el reto del Señor para luchar por el reino de justicia y paz. Tememos la crí­tica y el conflicto; buscamos la comodidad y la conveniencia. San Judas no fue así­. El trabajó por la justicia con mucho entusiasmo porque entendía que sin justicia, no hay una paz verdadera.

    Por su compromiso al reino de justicia y paz, San Judas sufrió precisamente como Jesús habí­a predicho, «Los odiarán a ustedes por causa mí­a.» (Mt 10:22) Sin embargo, él disfrutó de la paz que Jesús prometió en la última cena, «Mi paz les dejo; mi paz les doy, pero no como dan la paz los del mundo.» (Jn 14:27)

    Oración

    San Judas, tú muy valientemente predicaste la Palabra de Dios en las situaciones más difíciles. Como Jesús, tú defendiste a los pobres y oprimidos y desafiaste a los ricos y poderosos. Cuando te amenazaron con la muerte, no acudiste a la violencia o desesperación sino te acordaste de las palabras de Jesús sobre la paz y el perdón.

    Escucha nuestra oración por la paz y justicia en el mundo. Pide al Señor que nos dá la valentía para defender lo correcto. Ora para que seamos constructores efectivos de la paz como tú, especialmente donde hay guerra y opresión, en nuestras comunidades donde hay violencia y conflicto, y en nuestras familias donde hay discusiones y peleas.

    Amen

    Compromiso

    Prometo levantar la voz y actuar contra la injusticia y trabajar por la paz dondequiera que yo esté.
    San Judas, Servidor del Pueblo de Dios

    San Judas tení­a el privilegio de acompañar a Jesús diariamente. Aprendí­a del Señor como Dios nos ama y como debemos amarnos unas personas a otras.

    A veces queremos que otros nos sirvan, que hagan lo que nosotros queremos y que atiendan a nuestras necesidades. Como San Judas, debemos aprender de Jesús quien dijo, «La persona entre ustedes que quiera ser grande, deberá servir a los demás; y la persona que quiera ser el primero, deberá ser su esclavo, como el hijo del pueblo que no vino para ser servido sino para servir y para dar su vida como precio por la libertad de muchos.» (Mt 20:26-28)

    En la última cena Jesús mostró a San Judas y a los otros apóstoles como deberían servir. Les lavó los pies y luego dijo, «Yo les he dado un ejemplo para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho.» (Jn 13:15)
    San Judas no buscaba un premio por hacer el bien. Más bien, viví­a lo que Cristo enseñó: «Cuando ya hayan cumplido todo lo que Dios les manda, deberán decir: ‘Somos servidores que no hacíamos falta, porque no hemos hecho más que cumplir con nuestra obligación’ .»(Lc 17:10)

    San Judas cumplió los mandamientos señalados por Jesús como los más importantes: amar a Dios con todo su corazón, toda su alma, y toda su mente, y a su prójimo como a si mismo (Mt 22:27-40). Jesús quiere que nos amemos como él nos ama: «Así como yo los amo a ustedes, así deben amarse ustedes unas personas a otras. Si se aman los unos a los otros, todo el mundo se dará cuenta de que son mis discí­pulos.» (Jn 13:34-35)

    Oración

    San Judas, aunque fuiste elegido por Jesús como uno de los apóstoles, aprendiste a no ser orgulloso, ni buscar honores o los lugares más altos. Al contrario, te humillaste en su servicio a tus hermanas y hermanos. Pedimos que nos ayudes a servir con un corazón más generoso y sacrificar nuestro propio interés por el bien de otros. Intercede por nosotros con nuestro Cristo crucificado, quien se humilló en la cruz, quien sacrificó su vida para que tengamos vida nosotros. Que lo imitemos con una vida de servicio a los demás, una vida dedicada y desinteresada.

    Amen

    Compromiso

    Prometo cumplir un servicio a los que lo necesitan más o a los que no lo esperan.
    San Judas, Reconciliador Compasivo

    Aunque fue un apóstol, San Judas era humano como todos nosotros, y el perdón no le vino fácilmente. Pero, él aprendió de su Maestro, nuestro Señor, cómo perdonar. Probablemente fue sorprendido al escuchar a Jesús decir, «Amen a sus enemigos y recen por quienes los persiguen,» para que «sean perfectos, como su Padre que está en el cielo es perfecto.» (Mt 5:44, 48).

    Como San Pablo, San Judas predicaba que no debemos dejar que el sol se ponga sobre nuestra ira. (Ef 4:26) Y si tenemos algo en contra de alguien, tenemos que reconciliarnos con esa persona antes de presentar nuestra ofrenda en el altar. (Mt 5:23-24)

    ¿Perdonamos a las personas que nos han ofendido? Y cuántas veces debemos perdonarlos? Cuando Pedro hizo a Jesús esa pregunta, quizás San Judas oyó su respuesta: «No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete.» (Mt 18:22)

    Cuando Jesús enseñaba a San Judas y a los otros apóstoles como orar, explicó, «Si perdonan a otros el mal que les han hecho, su Padre que está en el cielo los perdonará también a ustedes.» (Mt 6:14) Por esta razón rezamos con las palabras que Jesús nos enseñó, «perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.»

    Oración

    San Judas, apóstol de la misericordia y reconciliación, ayúdanos a perdonarnos unos a otros. Tú comprendes la profundidad de la compasión de Dios y nuestra resistencia a perdonar. Tú aprendiste de Jesús, el hijo de Dios, cómo ser misericordioso. El le enseñó cómo perdonar a los que le persiguieron y le dieron la muerte. Intercede por nosotros delante de nuestro Dios compasivo para que podamos perdonar a las personas que nos han ofendido. Ayúdanos a quitar todo vestigio de odio, amargura o rencor de nuestro corazón. Que tengamos la fuerza de perdonar como Dios nos perdona.

    Amen

    Compromiso

    Perdonaré a alguien que me ha ofendido y trataré de reconciliarme con esa persona.
    San Judas, Predicador de la Buena Nueva del Reino de Dios

    Jesús entrenó a San Judas y envió a él y a los demás a las aldeas lejanas para predicar la Buena Nueva y para trabajar por el reino de Dios. Después de la ascensión de Cristo, San Judas se dedicó a continuar la obra del Señor y se acordó de su mandato, «Vayan, pues, a las gentes de todas las naciones, y háganlas mis discípulos; bautícenlas en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y sepan que yo siempre estaré con ustedes hasta el fin del mundo.» (Mt 28:19-20)

    A veces pensamos que no estamos llamados ni enviados; erróneamente pensamos que no tenemos nada que ofrecer al mundo o que nos falta conocimiento o poder suficiente para cambiar las cosas. Nos olvidamos que por el bautizo recibimos una luz y fuimos comisionados igualmente como San Judas, «Ustedes son la sal de la sierra…. la luz del mundo …. Procuren que su luz brille delante de la gente para que viendo el bien que ustedes hacen, todos alaben a su Padre que está en el cielo.» (Mt 5:13-16)

    San Judas sabí­a cómo llevar la Buena Nueva de Jesús a otros. Aprendió del Señor que cuando demos de comer a los hambrientos o beber a los que tienen sed o vestimos a los desnudos o visitamos a los enfermos o encarcelados, estamos haciéndolo a Jesús. (Mt 25:31-46)

    Valientemente San Judas anunciaba la Buena Nueva del amor de Dios y con entusiasmo predicaba la venida del reino de justicia, paz y amor. Recordaba las palabras de Jesús en la Última cena: «En el mundo, ustedes habrán de sufrir, pero tengan valor; yo he vencido al mundo.» (Jn 16:33)

    Oración

    San Judas, tú dejaste tu casa y viajaste lejos para llevar la Buena Nueva del amor de Dios a todas las naciones. Predicaste con entusiasmo todo lo que habí­as aprendido personalmente de las palabras y obras del Señor Jesús. Tú valientemente enfrentaste la critica, el rechazo y al final el martirio. Pide al Señor que enví­e al Espí­ritu Santo para que podamos ser fieles mensajeros del amor, perdón y justicia de Dios a este mundo tan egoísta, violento e injusto. Ayúdanos a ser la sal de la sierra y la luz del mundo por la manera caritativa y compasiva que hablamos y tratamos a los demás.

    Amen

    Compromiso

    Actuaré según mi fe y llevaré la Buena Nueva de Jesucristo a otros por mis palabras, obras y ejemplo.
    San Judas, Abogado en Casos Difíciles

    San Judas fue más que un seguidor de Jesús; era su primo y amigo. Su estrecha relación con el Señor no solamente cambió su vida sino que lo convirtió en un abogado fuerte para nosotros. De Jesús llegó a comprender la profundidad de la compasión y la fuerza del poder infinito de Dios. Aprendió a no dudar de la sabiduría de Dios ni desconfiar de la misericordia divina.

    San Judas entendí­a que todos queremos estar cerca de Jesús, ser su amigo, sentir el calor de su amor, y experimentar su poder de curación. San Judas escuchó a Jesús decir, «Yo les llamo mis amigos porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho. Ustedes no me escogieron a mi, sino yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.» (Jn 15:15-16)

    A veces nos desesperamos del amor de Dios o por lo menos dudamos que Dios nos oiga. Nos preguntamos: ¿Por qué me va mal? ¿Dónde está el Señor cuando lo necesito?

    Venimos a San Judas porque creemos que él es un hombre de compasión quien entiende que nada es imposible para Dios. Creyó lo que Jesús le habí­a dicho en la Última cena, «Todo lo que ustedes pidan en mi nombre, yo lo haré.» (Jn 14:14) El oyó a Jesús decir, «…nada es imposible para Dios.» (Mc 10:27)

    Oración

    San Judas, tú eres el primo hermano y amigo de Jesús. Al acompañarle en sus viajes y verlo curar a los enfermos, aprendiste a sentir su compasión infinita y a experimentar su gracia salvadora. Tú creí­ste que él tiene las palabras de la vida eterna y el poder sobre toda enfermedad y la muerte. Intercede por nosotros ahora para que sintamos el cariño de su amistad, el calor de su presencia, y el poder sanador de su espí­ritu. Ya que nada es imposible para nuestro Dios, pidamos que él nos cure de toda clase de enfermedad del cuerpo y del alma.

    Amen

    Compromiso

    Prometo animar a alguien que se encuentra en una situación desesperada.
    San Judas, Fundador de la Iglesia

    Como uno de los doce apóstoles, San Judas es un fundador de la Iglesia de Jesucristo. Dondequiera que San Judas viajara, trató de organizar comunidades en las cuales «todos los creyentes viví­an unidos y compartí­an todo cuanto tenían…repartí­an sus bienes de acuerdo a lo que cada uno necesitaba. Acudían al templo con mucho entusiasmo y con un mismo espí­ritu y compartían el pan en sus casas, comiendo con alegrí­a y sencillez.» (Hechos 2:44-46)

    San Judas creí­a en la unidad e igualdad en la Iglesia. Como San Pablo, entendía que «todos somos partes del Cuerpo de Cristo.» (1 Cor 12:27). Porque todos somos iguales en Cristo, San Judas profesó con San Pablo que «Ya no hay diferencia entre judío y griego, esclavo y libre, hombre y mujer, porque unidos a Cristo Jesús, todos somos uno solo.» (Gal 3:28)

    Jesús prometió a los apóstoles enviar a su Espíritu, el Abogado, «para introducirlos a la verdad total.» (Jn 16:13). En Pentecostés, recibieron al Espíritu «como un viento fuerte del cielo, «comenzaron a hablar en lenguas y realizar maravillas de curación. (Hechos 2:24). Ellos vencieron su miedo y predicaron con sabiduría y fuerza.
    El Señor nos llama a todos para ser miembros activos de nuestras comunidades parroquiales, compartiendo nuestros dones y poniendo nuestros talentos al servicio de los demás. Debemos superar nuestro miedo y egoísmo para reforzar el Cuerpo de Cristo, que es la Iglesia. Jesús deseaba mucho que todos fuéramos uno como él y su Padre son uno. Que trabajemos todos por la unidad e igualdad entre todos los creyentes en Jesucristo.
    Oración
    San Judas, tú viajaste lejos para llevar la Buena Nueva de Jesucristo a todas las naciones. Tú reuniste a la gente en comunidades de fe para que pudieran vivir el evangelio del Señor, compartiendo sus vidas y recursos, uniendo sus corazones y mentes en Cristo. Tú reconociste la dignidad de todos, la diversidad de dones, y la igualdad entre todos los hijos e hijas de Dios. Intercede con el Señor para que enví­e a su Espíritu a cada uno de nosotros y a nuestros lí­deres de la iglesia para que podamos forjar una unidad e igualdad entre tanta división y discriminación en nuestras comunidades eclesiales. Ayúdanos a vencer nuestro miedo o egoí­smo para poner nuestros dones al servicio de nuestras hermanas y hermanos en nuestras iglesias locales.

    Amen

    Compromiso

    Prometo hacer algo para ayudar reforzar la Iglesia local, o sea, mi parroquia.

    NOVENA BREVE

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del día correspondiente.

    Petición
    San Judas Tadeo, El Señor te llamó a la gracia del apostolado, y tú correspondiste hasta dar la vida por él. Consí­gueme del Señor que yo también sea fiel en el cumplimiento de su voluntad.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del dÃía correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, tú aprendiste de Jesús el amor que te llevó al martirio. Consí­gueme del Señor que yo también le ame con un amor de preferencia.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí­ y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del dí­a correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, tan grande fue tu amor al prójimo que no te perdonaste trabajo alguno para atraerlos a Dios. Consígueme del Señor que yo posponga mis intereses por la gloria de Dios y por el bien de mi prójimo.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave Marí­a y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del dí­a correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, fue tanta tu abnegación que desterraste el hombre viejo de pecado para que Cristo viviera en ti. Consí­gueme del Señor, que mortificando mis pasiones, viva sólo para él.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí­ y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del dí­a correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, tú detestaste la gloria y ostentación del mundo para implantar la Cruz y el Evangelio. Consí­gueme del Señor que yo sólo me gloríe en la Cruz de Cristo viviendo conforme al Evangelio.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mÃí y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave Marí­a y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del dí­a correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, tu dejaste todo para seguir al Maestro. Consígueme del Señor que yo esté pronto a sacrificar por Dios aún mi propio interés.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave Marí­a y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del dí­a correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, tan grande fue tu celo santo que hiciste salir de los ídolos a los demonios. Consígueme del Señor, que detestando los ídolos que me dominan, adore sólo a mi Dios.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave María y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del dí­a correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, entregando tu vida y tu sangre diste valeroso testimonio de fe. Consí­gueme del Señor que, detestando todo temor, sepa dar testimonio de Cristo ante los hombres.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí­ y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave Marí­a y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y Marí­a, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    Oración

    Bendito Apóstol, San Judas Tadeo, Cristo te concedió poder para obrar maravillas conducentes al bien espiritual de los hombres: presenta al Señor mi oración y si es de su agrado, haz que logre la gracia que solicito de su misericordia.

    Se pide la gracia que se desea obtener y a continuación se reza la oración del día correspondiente.

    Petición

    San Judas Tadeo, habiendo recibido el premio y la corona has hecho evidente tu protección obrando prodigios y maravillas con tus devotos. Consí­gueme del Señor que yo sienta tu protección para que pueda cantar eternamente sus maravillas.

    Oración final

    San Judas Tadeo, ruega por mí­ y por todos los que piden tu protección.

    Se reza Padre Nuestro, Ave Marí­a y Gloria.

    V: San Judas Tadeo, Apóstol glorioso.

    R: Haz que mis penas se vuelvan en gozo.

    Oración:

    Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor de Jesús y María, escucha mi oración y protege a cuantos con fervor te invocan.

    Amen

    ORACIÓN

    Apóstol gloriosí­simo de Nuestro Señor Jesucristo, aclamado por los fieles con el dulce título de ABOGADO DE LOS CASOS DESESPERADOS, hazme sentir tu poderosa intercesión aliviando la gravísima necesidad en que me encuentro. Por el estrecho parentesco que te hace primo hermano de Nuestro Señor Jesucristo, por la privaciones y fatigas que por El sufriste, por el heroico martirio que aceptaste gustoso por su amor, por la promesa que el divino Salvador hizo a Santa Brí­gida de consolar a los fieles que acudiesen a tu poderosa intercesión, obtenme del Dios de las misericordias y de su Madre Santísima la gracia que con ilimitada confianza te pido a Ti, Padre mío bondadoso, seguro que me la obtendrás siempre que convenga a la gloria de Dios y bien de mi alma.

    Así sea.

    Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, ruega por nosotros. (Repetir 3 veces)

    En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

    Amén

    ORACIÓN II

    Oh glorioso Apóstol San Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús, el nombre del traidor ha sido causa de que fueses olvidado de muchos, pero la Iglesia te honra y te invoca como patrón de las causas difíciles y desesperadas. Ruega por mí­ para que reciba yo los consuelos y el socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (hágase la petición), y para que pueda yo bendecir a Dios en tu compañía y con los demás elegidos por toda la eternidad.

    Yo te prometo, Apóstol bienaventurado, acordarme siempre de este gran favor; jamás dejaré de honrarte como a mi especial y poderoso protector y de hacer todo lo posible para propagar tu devoción.

    Así­ sea.

    Jaculatoria: Glorioso Apóstol, San Judas Tadeo, por amor a Jesús y a María, escucha mi oración y protege a mi familia, y a cuantos con fervor te invocan.

    PEDIR TRABAJO

    San Judas Tadeo, intercesor de todo problema difí­cil consígueme un trabajo en que me realice como humano y que a mi familia no le falte lo necesario en ningún aspecto de la vida, que lo conserve a pesar de las circunstancias y problemas adversos.

    Que en él progrese mejorando siempre mi calidad y gozando de salud y fuerza . Y que dí­a a dí­a trate de ser útil a cuantos me rodean.

    Asocio tu intercesión a la Sagrada Familia, de la cual eres pariente y prometo difundir tu devoción como expresión de mi gratitud a tus favores.

    Amén

    SOLEDAD

    ¡Santo Apóstol San Judas, fiel siervo y amigo de Jesús!, la Iglesia te honra e invoca universalmente, como el patrón de los casos difí­ciles y desesperados. Ruega por mí­, estoy solo y sin ayuda.

    Te imploro hagas uso del privilegio especial que se te ha concedido, de socorrer pronto y visiblemente cuando casi se ha perdido toda esperanza. Ven en mi ayuda en esta gran necesidad, para que pueda recibir consuelo y socorro del cielo en todas mis necesidades, tribulaciones y sufrimientos, particularmente (haga aquÃí su petición), y para que pueda alabar a Dios contigo y con todos los elegidos por siempre.

    Te doy las gracias glorioso San Judas, y prometo nunca olvidarme de este gran favor, honrarte siempre como mi patrono especial y poderoso y, con agradecimiento hacer todo lo que pueda para fomentar tu devoción
    Amén

    VISITA Y ORACIÓN

    Honremos a nuestro Protector, San Judas Tadeo, con una buena Confesión y una Comunión fervorosa. Así nos haremos más agradables a Dios y obtendremos del Santo Apóstol más fácilmente la gracia que pedimos.

    Bondadoso Protector mío, San Judas Tadeo, que recibiste del Salvador la gracia de la vocación al apostolado para seguirle más de cerca en la práctica de las virtudes y predicar su Evangelio, que tuviste el don de conmover los corazones con tus ejemplos y tus enseñanzas, el poder de obrar milagros, y que diste tu vida en defensa y testimonio de la Fe, recibe mis parabienes por estos grandes privilegios, y acepta gustoso esta visita que te hago en agradecimiento de favores obtenidos y para obtener nuevas gracias por tu mediación. Alcánzame un grande amor al Divino Maestro, que me aliente en la práctica de la virtud, me consuele en mis tribulaciones y sostenga mi esperanza cuando el infortunio y la desgracia me acrisolen. No permitas jamás que la falta de confianza en la Providencia divina me aparte del amor y servicio de Dios. Dame tu protección, S. Judas, y alcánzame lo que necesito y pido para mi bien temporal y eterno.

    Amén

    Rezar tres Glorias en honor de la Santí­sima Trinidad y hacer luego la petición de la gracia que se desea obtener.

    Oraciones Comunes

    SEÑAL DE LA CRUZ

    En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    PADRE NUESTRO

    Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.

    Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal.

    Amén.

    PADRE NUESTRO (EN LATÍN)

    Pater noster, qui es in cælis: sanc­ti­ficétur nomen tuum; advéniat regnum tuum; fiat volúntas tua, sicut in cælo, et in terra.

    Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie; et dimítte nobis débita nostra, sicut et nos dimíttimus debitóribus nostris; et ne nos indúcas in ten­ta­tiónem; sed líbera nos a malo.

    Amen.

    AVE MARIA

    Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

    Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte.

    Amén.

    AVE MARIA (EN LATÍN)

    Ave, Maria, grátia plena, Dóminus tecum. Benedícta tu in muliéribus, et benedíctus fructus ventris tui, Iesus.

     

    Sancta Maria, Mater Dei, ora pro nobis pec­ca­tóribus, nunc et in hora mortis nostræ.

    Amen.

    GLORIA AL PADRE

    Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    GLORIA AL PADRE  (EN LATÍN)

    Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.

     

    Sicut erat in princípio, et nunc et semper et in sécula sæculórum.

    Amen.

    SALVE

    Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve.

    A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas.

    Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos mi­se­ri­cordiosos.

    Y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre.

    ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!

    SALVE (EN LATÍN)

    Salve, Regina, Mater mis­ricórdiæ, vita, dulcédo et spes nostra, salve.

    Ad te clamámus, éxsules fílii Hevæ. Ad te suspirámus geméntes et flentes in hac lacrimárum valle.

    Éia ergo, advocáta nostra, illos tuos misericórdes óculos ad nos convérte.

    Et Iesum benedíctum fructum ventris tui, nobis, post hoc exsílium, osténde.

    O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria!

    ACTO DE CONTRICIÓN

    Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío: por ser Vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa que podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta.

    Amén.

    YO CONFIESO

    Yo confieso ante Dios to­do­poderoso y ante vosotros, hermanos: que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión.

    Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

    Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen, a los Ángeles, a los Santos y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.

    Otra fórmula del Yo confieso o Confíteor, que insiste más en la referencia a la Iglesia del cielo, donde los santos gozan ya de la gloria de Dios e interceden por nosotros:

    Yo confieso ante Dios to­do­poderoso, ante Santa María siempre Virgen, San Miguel Arcángel, San Juan Bautista, los santos Apóstoles Pedro y Pablo, todos los santos, y ante vosotros, hermanos: que he pecado mucho de pensamiento, palabra y obra.

    Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.

    Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen, a San Miguel Arcángel, a San Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que intercedáis por mí ante Dios nuestro Señor.

    YO CONFIESO (EN LATÍN)

    Confíteor Deo omnipoténti, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo, ópere et omissióne.

    Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.

    Ídeo precor beatam Maríam semper Vírginem, omnes Ángelos et Sanctos, et vos, fratres, oráre pro me ad Dóminum Deum nostrum.

    Confíteor Deo omnipoténti, beatæ Mariæ semper Vírgini, beato Michäeli Archángelo, beato Ioanni Baptístæ, sanctis Apóstolis Petro et Paulo, ómnibus Sanctis, et vobis, fratres: quia peccávi nimis cogitatióne, verbo et ópere.

    Mea culpa, mea culpa, mea máxima culpa.

    Ídeo precor beatam Maríam semper Vírginem, beatum Michäelem Ar­chán­gelum, beatum Ioannem Baptístam, sanctos Apóstolos Petrum et Paulum, omnes Sanctos, et vos, fratres, oráre pro me ad Dóminum Deum nostrum.

    CREDO

    Creo en un solo Dios, Padre to­do­poderoso, Creador del cielo y de la tierra, de todo lo visible y lo invisible.

    Creo en un solo Señor, Jesucristo, Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre, por quien todo fue hecho; que por nosotros, los hombres, y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato; padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la derecha del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

    Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.

    Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica. Confieso que hay un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la re­su­rrección de los muertos y la vida del mundo futuro.

    Amén.

    CREDO (EN LATÍN)

    Credo in unum Deum, Patrem om­ni­po­téntem, factórem cæli et terræ, visibílium ómnium et in­vi­si­bílium.

    Et in unum Dóminum Iesum Christum, Fílium Dei unigénitum et ex Patre natum ante ómnia sǽcula: Deum de Deo, Lumen de Lúmine, Deum verum de Deo vero, génitum, non factum, con­subs­tantiálem Patri: per quem ómnia facta sunt; qui propter nos hómines et propter nostram salútem, descéndit de cælis, et incarnátus est de Spíritu Sancto ex Maria Vírgine et homo factus est, crucifíxus etiam pro nobis sub Póntio Piláto, passus et sepúltus est, et resurréxit tértia die secúndum Scriptúras, et ascéndit in cælum, sedet ad déxteram Patris, et íterum ventúrus est cum glória, iudicáre vivos et mórtuos, cuius regni non erit finis.

    Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vi­vi­fi­cántem, qui ex Patre Filióque procédit, qui cum Patre et Fílio simul adorátur et con­glo­ri­ficátur, qui locútus est per Prophétas.

     

    Et unam sanctam cathólicam et apos­tó­li­cam Ecclésiam. Confíteor unum Baptísma in re­mi­ssiónem peccatórum.

    Et exspécto re­su­rrec­tiónem mortuórum, et vitam ventúri sculi.

    Amen.

    SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES

    Creo en Dios, Padre to­do­poderoso, Creador del cielo y de la tierra.

    Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios, Padre to­do­poderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.

    Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la re­su­rrección de la carne y la vida eterna.

    Amén.

    SÍMBOLO DE LOS APÓSTOLES (EN LATÍN)

    Credo in Deum, Patrem om­ni­po­téntem, Creatórem cæli et terræ.

    Et in Iesum Christum, Fílium Eius únicum, Dóminum nostrum, qui conceptus est de Spíritu Sancto, natus ex Maria Vírgine, passus sub Póntio Piláto, crucifixus, mórtuus, et sepúltus, descéndit ad ínferos, tértia die resurréxit a mórtuis, ascéndit ad cælos, sedet ad déxteram Dei Patris om­ni­po­téntis, inde ventúrus est iudicáre vivos et mórtuos.

     

    Et in Spíritum Sanctum, sanctam Ecclésiam cathólicam, sanctórum com­mu­niónem, re­mi­ssiónem peccatórum, carnis re­su­rrec­tiónem, vitam ætérnam.

    Amen.

    ÁNGEL DE DIOS

    Ángel de Dios, que eres mi custodio, pues la bondad divina me ha encomendado a ti, ilumíname, guárdame, defiéndeme y gobiérname.

    Amén.

    ÁNGEL DE DIOS (EN LATÍN)

    Ángele Dei, qui custos es mei, me, tibi commíssum pietáte supérna, illúmina, custódi, rege et gubérna.

    Amen.

    Santísima Trinidad

    SÍMBOLO ATANASIANO

    Antífona. Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. (T. P. Aleluya).

    Símbolo Atanasiano

    1. Todo el que quiera salvarse, es preciso ante todo que profese la fe católica:
    2. Pues quien no la observe íntegra y sin tacha, sin duda alguna perecerá eternamente.
    3. Y ésta es la fe católica: que veneremos a un solo Dios en la Trinidad santísima y a la Trinidad en la unidad.
    4. Sin confundir las personas, ni separar la sustancia.
    5. Porque una es la persona del Padre, otra la del Hijo y otra la del Espíritu Santo.
    6. Pero el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son una sola divinidad, les corresponde igual gloria y majestad eterna.
    7. Cual es el Padre, tal es el Hijo, tal el Espíritu Santo.
    8. Increado el Padre, increado el Hijo, increado el Espíritu Santo.
    9. Inmenso el Padre, inmenso el Hijo, inmenso el Espíritu Santo.
    10. Eterno el Padre, eterno el Hijo, eterno el Espíritu Santo.
    11. Y, sin embargo, no son tres eternos, sino un solo eterno.
    12. De la misma manera, no tres increados, ni tres inmensos, sino un increado y un inmenso.
    13. Igualmente omnipotente el Padre, omnipotente el Hijo, omnipotente el Espíritu Santo.
    14. Y, sin embargo, no tres omnipotentes, sino un omnipotente.
    15. Del mismo modo, el Padre es Dios, el Hijo es Dios, el Espíritu Santo es Dios.
    16. Y, sin embargo, no son tres Dioses, sino un solo Dios.
    17. Así, el Padre es Señor, el Hijo es Señor, el Espíritu Santo es Señor.
    18. Y, sin embargo, no son tres Señores, sino un solo Señor.
    19. Porque así como la verdad cristiana nos obliga a creer que cada persona es Dios y Señor, la religión católica nos prohíbe que hablemos de tres Dioses o Señores.
    20. El Padre no ha sido hecho por nadie, ni creado, ni engendrado.
    21. El Hijo procede solamente del Padre, no hecho, ni creado, sino engendrado.
    22. El Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo, no hecho, ni creado, ni engendrado, sino procedente.
    23. Por tanto hay un solo Padre, no tres Padres; un Hijo, no tres Hijos; un Espíritu Santo, no tres Espíritus Santos.
    24. Y en esta Trinidad nada hay anterior o posterior, nada mayor o menor: pues las tres personas son coeternas e iguales entre sí.
    25. De tal manera que, como ya se ha dicho antes, hemos de venerar la unidad en la Trinidad y la Trinidad en la unidad.
    26. Por tanto, quien quiera salvarse, es necesario que crea estas cosas sobre la Trinidad.
    27. Pero para alcanzar la salvación eterna es preciso también creer firmemente en la encarnación de nuestro Señor Jesucristo.
    28. La fe verdadera consiste en que creamos y confesemos que nuestro Señor Jesucristo, Hijo de Dios, es Dios y Hombre.
    29. Es Dios, engendrado de la misma sustancia que el Padre, antes del tiempo; y hombre, engendrado de la sustancia de su Madre santísima en el tiempo.
    30. Perfecto Dios y perfecto hombre: que subsiste con alma racional y carne humana.
    31. Es igual al Padre según la divinidad; menor que el Padre según la humanidad.
    32. El cual, aunque es Dios y hombre, no son dos Cristos, sino un solo Cristo.
    33. Uno, no por conversión de la divinidad en cuerpo, sino por asunción de la humanidad en Dios.
    34. Uno absolutamente, no por confusión de sustancia, sino en la unidad de la persona.
    35. Pues como el alma racional y el cuerpo forman un hombre; así, Cristo es uno, siendo Dios y hombre.
    36. Que padeció por nuestra salvación: descendió a los infiernos y al tercer día resucitó de entre los muertos.
    37. Subió a los cielos y está sentado a la diestra de Dios Padre to¬do¬poderoso: desde allí ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
    38. Y cuando venga, todos los hombres resucitarán con sus cuerpos, y cada uno rendirá cuentas de sus propios hechos.
    39. Y los que hicieron el bien gozarán de vida eterna, pero los que hicieron el mal irán al fuego eterno.
    40. Esta es la fe católica, y quien no la crea fiel y firmemente no se podrá salvar.

    Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    Antífona.

    Gloria a ti, Trinidad igual, única Deidad, antes de los siglos, y ahora, y siempre. (T. P. Aleluya).

    V/. Señor, escucha mi oración.
    R/ . Y llegue a ti mi clamor.

    Los sacerdotes añaden:

    V/ . El Señor esté con vosotros.
    R/ . Y con tu espíritu.

    Oración

    Oh Dios todopoderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

    R/ . Amén.

    SÍMBOLO ATANASIANO (EN LATÍN)

    Antíphona. Glória tibi, Trínitas æquális, una Déitas, et ante ómnia sècula, et nunc, et in perpétuum. (T. P. Allelúia).

    Sýmbolum Athanasiánum

    1. Quicúmque vult salvus esse, ante ómnia opus est, ut téneat cathólicam fidem:
    2. Quam nisi quisque íntegram in¬vio¬la¬támque serváverit, absque dúbio in ætérnum períbit.
    3. Fides autem cathólica hæc est: ut unum Deum in Trinitáte, et Trinitátem in unitáte venerémur.
    4. Neque con¬fun¬déntes persónas, neque substántiam separántes.
    5. Alia est enim persóna Patris, ália Fílii, ália Spíritus Sancti.
    6. Sed Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti una est divínitas, æquális glória, coætérna maiéstas.
    7. Qualis Pater, talis Fílius, talis Spíritus Sanctus.
    8. Increátus Pater, increátus Fílius, increátus Spíritus Sanctus.
    9. Imménsus Pater, imménsus Fílius, imménsus Spíritus Sanctus.
    10. Ætérnus Pater, ætérnus Fílius, ætérnus Spíritus Sanctus.
    11. Et tamen non tres ætérni, sed unus ætérnus.
    12. Sicut non tres increáti, nec tres imménsi, sed unus increátus et unus imménsus.
    13. Simíliter omnípotens Pater, omnípotens Fílius, omnípotens Spíritus Sanctus.
    14. Et tamen non tres omnipoténtes, sed unus omnípotens.
    15. Ita Deus Pater, Deus Fílius, Deus Spíritus Sanctus.
    16. Et tamen non tres Dii, sed unus est Deus.
    17. Ita Dóminus Pater, Dóminus Fílius, Dóminus Spíritus Sanctus.
    18. Et tamen non tres Dómini: sed unus est Dóminus.
    19. Quia, sicut singillátim unamquámque persónam Deum ac Dóminum confitéri christiána veritáte compéllimur: ita tres Deos aut Dóminos dícere cathólica religióne prohibémur.
    20. Pater a nullo est factus: nec creátus, nec génitus.
    21. Fílius a Patre solo est: non factus, nec creátus, sed génitus.
    22. Spíritus Sanctus a Patre et Fílio: non factus, nec creátus, nec génitus, sed procédens.
    23. Unus ergo Pater, non tres Patres: unus Fílius, non tres Fílii: unus Spíritus Sanctus, non tres Spíritus Sancti.
    24. Et in hac Trinitáte nihil prius aut postérius, nihil maius aut minus: sed totæ tres persónæ coætérnæ sibi sunt et coæquáles.
    25. Ita ut per ómnia, sicut iam supra dictum est, et únitas in Trinitáte, et Trínitas in unitáte veneránda sit.
    26. Qui vult ergo salvus esse, ita de Trinitáte séntiat.
    27. Sed necessárium est ad ætérnam salútem, ut Incarnatiónem quoque Dómini nostri Iesu Christi fidéliter credat.
    28. Est ergo fides recta, ut credámus et confiteámur quia Dóminus noster Iesus Christus, Dei Fílius, Deus et homo est.
    29. Deus est ex substántia Patris ante sǽcula génitus: et homo est ex substántia matris in sélo natus.
    30. Perféctus Deus, perféctus homo: ex ánima rationáli et humána carne subsístens.
    31. Æquális Patri secúndum divinitátem: minor Patre secúndum humanitátem.
    32. Qui, licet Deus sit et homo, non duo tamen, sed unus est Christus.
    33. Unus autem non conversióne divinitátis in carnem: sed assumptióne humanitátis in Deum.
    34. Unus omníno, non confusióne substántiæ: sed unitáte persónæ.
    35. Nam sicut ánima rationális et caro unus est homo: ita Deus et homo unus est Christus.
    36. Qui passus est pro salúte nostra: descéndit ad ínferos: tértia die resurréxit a mórtuis.
    ha de venir a juzgar a los vivos y a los muertos.
    iudicáre vivos et mórtuos.
    38. Ad cuius advéntum omnes hómines resúrgere habent cum corpóribus suis: et redditúri sunt de factis própriis ratiónem.
    39. Et qui bona egérunt, ibunt in vitam ætérnam: qui vero mala, in ignem ætérnum.
    40. Hæc est fides cathólica, quam nisi quisque fidéliter firmitérque credíderit, salvus esse non póterit.
    Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
    Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum.

    Amen.

    Antíphona.

    Glória tibi, Trínitas æquális, una Déitas, et ante ómnia sǽcula, et nunc, et in perpétuum. (T. P. Allelúia).

    V/. Dómine, exáudi oratiónem meam.
    R/ . Et clamor meus ad te véniat.

    Sacerdotes addunt:

    V/ . Dóminus vobíscum.
    R/ . Et cum spíritu tuo.

    Orémus

    Omnípotens sempitérne Deus, qui dedísti fámulis tuis, in confessióne veræ fídei, ætérnæ Trinitátis glóriam agnóscere, et in poténtia maiestátis adoráre unitátem: quǽsumus; ut, eiúsdem fídei firmitáte, ab ómnibus semper muniámur advérsis. Per Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.

    R/ . Amen.

    TE DEUM

    A ti, oh Dios, te alabamos, a ti, Señor, te reconocemos.

    A ti, eterno Padre, te venera toda la creación.

    Los ángeles todos, los cielos y todas las potestades te honran. Los querubines y serafines te cantan sin cesar:

    Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del universo.

    Los cielos y la tierra están llenos de la majestad de tu gloria.

    A ti te ensalza el glorioso coro de los Apóstoles, la multitud admirable de los Profetas, el blanco ejército de los mártires.

    A ti la Iglesia santa, extendida por toda la tierra, te proclama:

    Padre de inmensa majestad, Hijo único y verdadero, digno de adoración, Espíritu Santo, Defensor.

    Tú eres el Rey de la gloria, Cristo. Tú eres el Hijo único del Padre.

    Tú, para liberar al hombre, aceptaste la condición humana sin desdeñar el seno de la Virgen.

    Tú, rotas las cadenas de la muerte, abriste a los creyentes el reino de los cielos.

    Tú te sientas a la derecha de Dios, en la gloria del Padre.

    Creemos que un día has de venir como juez.

    Todos se arrodillan en el siguiente versículo:

    Te rogamos, pues, que vengas en ayuda de tus siervos, a quienes redimiste con tu preciosa sangre.

    Haz que en la gloria eterna nos asociemos a tus santos.

    Salva a tu pueblo, Señor, y bendice tu heredad.

    Sé su pastor y ensálzalo eternamente.

    Día tras día te bendecimos y alabamos tu nombre para siempre, por eternidad de eternidades.

    Dígnate, Señor, en este día guardarnos del pecado.

    Ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros.

    Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros como lo esperamos de ti.

    En ti, Señor, confié: no me veré defraudado para siempre.

    V/ . Bendito eres, Señor, Dios de nuestros padres.

    R/ . Y digno de alabanza, y glorioso por lo siglos.

    V/ . Bendigamos al Padre, y al Hijo con el Espíritu Santo.

    R/ . Alabémosle y ensalcémosle sobre todas las cosas por los siglos.

    V/ . Bendito eres Señor en lo más alto del cielo.

    R/ . Y digno de alabanza, y glorioso y ensalzado por todos los siglos.

    V/ . Bendice, alma mía, al Señor.

    R/ . Y nunca olvides sus muchos beneficios.

    V/ . Señor, escucha mi oración.

    R/ . Y llegue a ti mi clamor.

    Los sacerdotes añaden:

    V/ . El Señor esté con vosotros.

    R/ . Y con tu espíritu.

    Oración

    Oh Dios, cuya misericordia no tiene límites y cuya bondad es un tesoro inagotable, te damos gracias por los beneficios que nos has concedido, implorando de tu bondad que no abandones a quienes has escuchado y que nos dispongas para los bienes futuros.

    Oh Dios, que has iluminado los corazones de tus hijos con la luz del Espíritu Santo, haznos dóciles a sus inspiraciones para gustar siempre el bien y gozar de su consuelo.

    Oh Dios, que no permites sea afligido en demasía cualquiera que en ti espera, sino que atiendes piadoso a nuestras súplicas: te damos gracias por haber aceptado nuestras peticiones y votos, su¬pli¬cándote piadosísimamente que merezcamos vernos libres de toda adversidad.

    Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos

    R/ . Amén.

    TE DEUM (EN LATÍN)

    Te Deum laudámus: te Dóminum confitémur.

    Te ætérnum Patrem, omnis terra venerátur.

    Tibi omnes ángeli, tibi cæli et univérse potestátes: tibi chérubim et séraphim incessábili voce proclámant:

    Sanctus, Sanctus, Sanctus, Dóminus Deus Sábaoth.

    Pleni sunt cæli et terra maiestátis glóriæ tuæ.

    Te gloriósus apostolórum chorus, te prophetárum laudábilis númerus, te mártyrum candidátus laudat exércitus.

    Te per orbem terrárum sancta confitétur Ecclésia,

    Patrem imménsæ maiestátis; venerándum tuum verum et únicum Fílium; Sanctum quoque Paráclitum Spíritum.

    Tu rex glóriæ, Christe. Tu Patris sempitérnus es Fílius.

    Tu, ad liberándum susceptúrus hóminem, non horruísti Vírginis úterum.

    Tu, devícto mortis acúleo, aperuísti credéntibus regna cælórum.

    Tu ad déxteram Dei sedes, in glória Patris.

    Iudex créderis esse ventúrus.

    Sequens versus dícitur flexis génibus:

    Te ergo quǽsumus, tuis fámulis súbveni, quos pretióso sánguine redemísti.

    Ætérna fac cum sanctis tuis in glória numerári.

    Salvum fac pópulum tuum, Dómine, et bénedic hereditáti tuæ.

    Et rege eos, et extólle illos usque in ætérnum.

    Per síngulos dies benedícimus te; et laudámus nomen tuum in sǽculum, et in sǽculum sǽculi.

    Dignáre, Dómine, die isto sine peccáto nos custodíre.

    Miserére nostri, Dómine, miserére nostri.

    Fiat misericórdia tua, Dómine, super nos, quemádmodum sperávimus in te.

    In te, Dómine, sperávi: non confúndar in ætérnum.

    V/ . Benedíctus es, Dómine, Deus patrum nostrórum.

    R/ . Et laudábilis, et gloriósus in sǽcula.

    V/ . Benedicámus Patrem et Fílium cum Sancto Spíritu.

    R/ . Laudémus et superexaltémus eum in sǽcula.

    V/ . Benedíctus es, Dómine, in firmaménto cæli.

    R/ . Et laudábilis, et gloriósus, et superexaltátus in sǽcula.

    V/ . Bénedic, ánima mea, Dómino.

    R/ . Et noli oblivísci omnes retributiónes eius.

    V/ . Dómine, exáudi oratiónem meam.

    R/ . Et clamor meus ad te véniat.

    Sacerdotes addunt:

    V/ . Dóminus vobíscum.

    R/ . Et cum spíritu tuo.

    Orémus

    Deus, cuius misericórdiæ non est númerus, et bonitátis infinítus est thesáurus: piíssimæ Maiestáti tuæ pro collátis donis grátias ágimus, tuam semper cleméntiam exorántes; ut qui peténtibus postuláta concédis, eósdem non déserens, ad prǽmia futúra dispónas.

    Deus, qui corda fidélium Sancti Spíritus illustratióne docuísti, da nobis in eódem Spíritu recta sápere, et de eius semper con¬so¬latióne gaudére.

    Deus, qui néminem in te sperántem nímium afflígi permíttis, sed pium précibus præstas audítum: pro postulatiónibus nostris, votísque suscéptis grátias ágimus, te piíssime deprecántes; ut a cunctis semper muniámur advérsis.

    Per Dóminum nostrum Iesum Christum Fílium tuum: qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia séula sæculórum.

    R/ . Amen.

    TRISAGIO ANGÉLICO

    En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

    V/ . Señor, ábreme los labios.

    R/ . Y mi boca proclamará tu alabanza.

    V/ . Dios mío, ven en mi auxilio.

    R/ . Señor, date prisa en socorrerme.

    V/ . Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

    R/ . Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Primera decena

    Se procede del siguiente modo: en primer lugar, dicen todos la deprecación Sanctus Deus; después, como de costumbre, alternan la oración dominical el sacerdote (o el que dirige el rezo de las oraciones) y los demás; a con¬ti¬nuación, se repiten nueve veces los versos siguientes, diciendo el sacerdote (o el que dirige el rezo de las oraciones) Tibi laus y res¬pon¬diendo todos: Sanctus; al terminar se añade Glória Patri.
    Santo Dios, Santo fuerte, Santo inmortal, ten mi¬se¬ri¬cordia de nosotros.

    Padre nuestro.

    V/ . A Ti la alabanza, a Ti la gloria, a Ti hemos de dar gracias por los siglos de los siglos, ¡oh Trinidad Beatísima!

    R/ . Santo, Santo, Santo Señor Dios de los ejércitos. Llenos están los cielos y la tierra de tu gloria.

    V/ . Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.

    R/ . Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Las otras dos decenas se dicen del mismo modo, comenzando por las palabras Sanctus Deus, etc.
    Al terminar la última decena, todos dicen la siguiente:

    Antífona

    A ti Dios Padre no engendrado, a ti Hijo unigénito, a ti Espíritu Santo Paráclito, santa e indivisa Trinidad, con todas las fuerzas de nuestro corazón y de nuestra voz, te reconocemos, alabamos y bendecimos; gloria a ti por los siglos de los siglos.

    V/ . Bendigamos al Padre, y al Hijo, con el Espíritu Santo.

    R/ . Alabémosle y en¬sal¬cémosle por todos los siglos.

    Oración

    Oh Dios to¬do¬poderoso y eterno, que con la luz de la verdadera fe diste a tus siervos conocer la gloria de la Trinidad eterna, y adorar la Unidad en el poder de tu majestad: haz, te suplicamos, que, por la firmeza de esa misma fe, seamos defendidos siempre de toda adversidad. Por Cristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    Terminada la oración, todos añaden:

    Líbranos, sálvanos, vivifícanos, ¡oh Trinidad Beatísima!

    TRISAGIO ANGÉLICO (EN LATÍN)

    In nómine Patris et Fílii et Spíritus Sancti. Amen.

    V/ . Dómine, lábia mea apéries.

    R/ . Et os meum annuntiábit láudem tuam.

    V/ . Deus, in adiutórium meum inténde.

    R/ . Dómine, ad adiuvándum me festína.

    V/ . Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.

    R/ . Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.

    Prima decas

    Sanctus Deus, Sanctus fortis, Sanctus immortális, miserére nobis.

    Pater noster.

    V/ . Tibi laus, Tibi glória, Tibi gratiárum áctio in sǽcula sempitérna, o Beáta Trínitas!

    R/ . Sanctus, Sanctus, Sanctus Dóminus Deus exercítuum. Pleni sunt cæli et terra glória tua.

    V/ . Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.

    R/ . Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum. Amen.

    Antíphona

    Te Deum Patrem ingénitum, te Fílium unigénitum, te Spíritum Sanctum Paráclitum, sanctam et indivíduam Trinitátem, toto corde et ore confitémur, laudámus atque benedícimus: tibi glória in sǽcula.

    V/ . Benedicámus Patrem, et Fílium cum Sancto Spíritu.

    R/ . Laudémus et su¬per¬exal¬témus eum in sǽcula.

    Orémus

    Omnípotens sempitérne Deus, qui dedísti fámulis tuis, in confessióne veræ fídei, ætérnæ Trinitátis glóriam agnóscere, et in poténtia maiestátis adoráre unitátem: quǽsumus; ut, eiúsdem fídei firmitáte, ab ómnibus semper muniámur adversis. Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.

    Líbera nos, salva nos, vivífica nos, o Beáta Trínitas!

    ACTO DE FE

    Creo en Dios Padre;
    Creo en Dios Hijo;
    Creo en Dios Espíritu Santo;
    Creo en la Santísima Trinidad;
    Creo en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.

    ACTO DE ESPERANZA

    Espero en Dios Padre;
    Espero en Dios Hijo;
    Espero en Dios Espíritu Santo;
    Espero en la Santísima Trinidad;
    Espero en mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.

    ACTO DE CARIDAD

    Amo a Dios Padre;
    Amo a Dios Hijo;
    Amo a Dios Espíritu Santo;
    Amo a la Santísima Trinidad;
    Amo a mi Señor Jesucristo, Dios y hombre verdadero.
    Amo a María santísima, madre de Dios y madre nuestra y amo a mi prójimo como a mí mismo.

    Adoración Eucarística

    VISITA AL SANTÍSIMO

    V/ . ¡Viva Jesús Sacramentado!

    R/ . ¡Viva y de todos sea amado!

    Padre nuestro, Avemaría, Gloria (tres veces).

    V/ . ¡Viva Jesús Sacramentado!

    R/ . ¡Viva y de todos sea amado!

    Comunión espiritual

    Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.

    VISITA AL SANTÍSIMO (EN LATÍN)

    V/ . Adorémus in ætérnum Sanctíssimum Sacraméntum.

    R/ . Adorémus in ætérnum Sanctíssimum Sacraméntum.

    Pater noster, Ave Maria, Glória Patri (tres veces).

    V/ . Adorémus in ætérnum Sanctíssimum Sacraméntum.

    R/ . Adorémus in ætérnum Sanctíssimum Sacraméntum.

    ADÓRO TE DEVÓTE

    1. Te adoro con devoción, Dios escondido, oculto ver­da­de­ramente bajo estas apariencias. A ti se somete mi corazón por completo, y se rinde totalmente al con­tem­plarte.

    2. Al juzgar de ti se equivocan la vista, el tacto, el gusto; pero basta con el oído para creer con firmeza. Creo todo lo que ha dicho el Hijo de Dios: nada es más verdadero que esta palabra de verdad.

    3. En la Cruz se escondía sólo la divinidad, pero aquí también se esconde la humanidad. Creo y confieso ambas cosas, y pido lo que pidió el ladrón arrepentido.

    4. No veo las llagas como las vio Tomás, pero confieso que eres mi Dios. Haz que yo crea más y más en ti, que en ti espere, que te ame.

    5. ¡Oh memorial de la muerte del Señor! Pan vivo que da la vida al hombre. Concédele a mi alma que de ti viva, y que siempre saboree tu dulzura.

    6. Señor Jesús, bondadoso pelícano, límpiame, a mí, inmundo, con tu sangre: de la que una sola gota puede liberar de todos los crímenes al mundo entero.

    7. Jesús, a quien ahora veo escondido, te ruego que se cumpla lo que tanto ansío: que al mirar tu rostro ya no oculto, sea yo feliz viendo tu gloria. .

    Amén.

    ADÓRO TE DEVÓTE (EN LATÍN)

    1. Adóro te devóte, latens Déitas, quæ sub his figúris vere látitas. Tibi se cor meum totum súbiicit, quia, te contémplans, totum déficit.

    2. Visus, tactus, gustus in te fállitur, sed audítu solo tuto créditur. Credo quidquid dixit Dei Fílius: nil hoc verbo veritátis vérius.

    3. In Cruce latébat sola Déitas; at hic latet simul et humánitas. Ambo tamen credens atque cónfitens, peto quod petívit latro pœnitens.

    4. Plagas, sicut Thomas, non intúeor; Deum tamen meum te confíteor. Fac me tibi semper magis crédere, in te spem habére, te dilígere.

    5. O memoriále mortis Dómini! Panis vivus vitam præstans hómini, præsta meæ menti de te vívere, et te illi semper dulce sápere.

    6. Pie pellicáne, Iesu Dómine, me immúndum munda tuo sánguine: cuius una stilla salvum fácere totum mundum quit ab omni scélere.

    7. Iesu, quem velátum nunc aspício, oro, fiat illud quod tam sítio; ut te reveláta cernens fácie, visu sim beátus tuæ glóriæ.

    Amen.

    PANGE, LÍNGUA

    Canta, lengua, el misterio del cuerpo glorioso y de la sangre preciosa que el Rey de las naciones, fruto de un vientre generoso, derramó como rescate del mundo.

    Nos fue dado, nos nació de una Virgen sin mancilla; y después de pasar su vida en el mundo, una vez esparcida la semilla de su palabra, terminó el tiempo de su destierro dando una admirable disposición.

    En la noche de la última cena, recostado a la mesa con los hermanos, después de observar plenamente la ley sobre la comida legal, se da con sus propias manos como alimento para los Doce.

    El Verbo hecho carne convierte con su palabra el pan verdadero en su carne, y el vino puro se convierte en la sangre de Cristo. Y aunque fallan los sentidos, basta la sola fe para confirmar al corazón recto en esa verdad.

    Veneremos, pues, inclinados tan gran Sacramento; y la antigua figura ceda el puesto al nuevo rito; la fe supla la incapacidad de los sentidos.

    Al Padre y al Hijo sean dadas alabanza y júbilo, salud, honor, poder y bendición; una gloria igual sea dada al que de uno y de otro procede.

    Amén.

    V/ . Les diste el pan del cielo. (T. P. Aleluya).

    R/ . Que contiene en sí todo deleite. (T. P. Aleluya).

    Oremos

    Oh Dios, que en este admirable Sacramento nos dejaste el memorial de tu pasión; te pedimos nos concedas venerar de tal modo los sagrados misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que ex­pe­ri­mentemos cons­tan­te­mente el fruto de tu redención. Que vives y reinas por los siglos de los siglos.

    R/ . Amén.

    Alabanzas de desagravio

    Bendito sea Dios.
    Bendito sea su Santo Nombre.
    Bendito sea Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.
    Bendito sea el Nombre de Jesús.
    Bendito sea su Sacratísimo Corazón.
    Bendita sea su Preciosísima Sangre.
    Bendito sea Jesús en el Santísimo Sacramento del Altar.
    Bendito sea el Espíritu Santo Paráclito.
    Bendita sea la excelsa Madre de Dios, María Santísima.
    Bendita sea su Santa e Inmaculada Concepción.
    Bendita sea su Gloriosa Asunción.
    Bendito sea el nombre de María, Virgen y Madre.
    Bendito sea San José, su castísimo Esposo.
    Bendito sea Dios en sus Ángeles y en sus Santos.

    Amén.

    Alabad al Señor todas las naciones, alabadle todos los pueblos. Porque su mi­se­ri­cordia ha sido confirmada sobre nosotros y la verdad del Señor permanece para siempre.Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo; como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    PANGE, LÍNGUA (EN LATÍN)

    Pange, língua, gloriósi Córporis mystérium, San­gui­nísque pretiósi, quem in mundi prétium, fructus ventris generósi Rex effúdit géntium.

    Nobis datus, nobis natus ex intácta Vírgine, et in mundo conversátus, sparso verbi sémine, sui moras incolátus miro cláusit órdine.

    In suprémæ nocte cœnæ, recúmbens cum frátribus, observáta lege plene, cibis in legálibus, cibum turbæ duodénæ se dat suis mánibus.

    Verbum caro, panem verum, Verbo carnem éfficit, fitque sanguis Christi merum, et, si sensus déficit, ad firmándum cor sincérum, sola fides súfficit.

    Tantum ergo Sa­cra­méntum venerémur cérnui; et antíquum documéntum novo cedat rítui; præstet fides sup­ple­méntum sénsuum deféctui.

    Genitóri, Genitóque laus et iubilátio, salus, honor, virtus quoque sit et benedíctio; procedénti ab utróque compar sit laudátio.

    Amen.

    V/ . Panem de cælo præstitísti eis. (T. P. Allelúia).

    R/ . Omne de­lec­ta­méntum in se habéntem. (T. P. Allelúia).

    Orémus

    Deus, qui nobis sub sacramento mirábili, passionis tuæ memóriam reliquísti: tríbue, quǽsumus, ita nos córporis et sánguinis tui sacra mystéria venerári, ut re­demp­tiónis tuæ fructum in nobis iúgiter sentiámus. Qui vivis et regnas in sécula sæculórum.

    R/ . Amen.

    Laudáte Dóminum omnes gentes, laudáte eum, omnes pópuli, quóniam confirmáta est super nos mi­se­ri­córdia eius, et véritas Dómini manet in ætérnum.

    Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto; sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sæcula sæculórum. Amen.

    Espíritu Santo

    VENI, OH SANTO ESPÍRITURESPONSÓRIUM II

    ¡Ven, oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

    V/ . Envía tu Espíritu y serán creados.

    R/ . Y renovarás la faz de la tierra.

    Oración

    Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concedednos según el mismo Espíritu conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    VENI, OH SANTO ESPÍRITURESPONSÓRIUM II (EN LATÍN)

    Veni, Sancte Spíritus!, reple tuórum corda fidélium: et tui amóris in eis ignem accénde.

    V/ . Emitte Spíritum tuum, et creabúntur.

    R/ . Et renovábis faciem terræ.

    Orémus

    Deus, qui corda fidélium Sancti Spíritus il­lus­tra­tióne docuísti, da nobis in eódem Spíritu recta sápere; et de eius semper con­so­latióne gaudére. Per Christum Dóminum nostrum.

    VENI, CREATÓR

    Ven, Espíritu Creador, visita las almas de tus fieles y llena con tu divina gracia, los corazones que Tú creaste.

    Tú, a quien llamamos Paráclito, don de Dios Altísimo, fuente viva, fuego, caridad y espiritual unción.

    Tú derramas sobre nosotros los siete dones; Tú, dedo de la diestra del Padre; Tú, fiel promesa del Padre, que inspiras nuestras palabras.

    Ilumina nuestros sentidos, infunde tu amor en nuestros corazones y, con tu perpetuo auxilio, fortalece la debilidad de nuestro cuerpo.

    Aleja de nosotros al enemigo, y danos pronto la paz; sé Tú nuestro guía, para que evitemos todo mal.

    Por ti conozcamos al Padre, y también al Hijo; y creamos en ti, su Espíritu, por los siglos de los siglos.

    Gloria a Dios Padre, y al Hijo que resucitó de entre los muertos, y al Espíritu Consolador, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    VENI, CREATÓR (EN LATÍN)

    Veni, Creátor Spíritus, mentes tuórum vísita, imple supérna grátia, quæ tu creásti péctora.

    Qui díceris Paráclitus, altíssimi donum Dei, fons vivus, ignis, cáritas, et spiritális únctio.

    Tu septifórmis múnere, dígitus patérnæ déxteræ, tu rite promíssum Patris, sermóne ditans gúttura.

    Accénde lumen sénsibus, infúnde amórem córdibus, infírma nostri córporis virtúte firmans pérpeti.

    Hostem repéllas lóngius pacémque dones prótinus; ductóre sic te prævio vitémus omne nóxium.

    Per te sciámus da Patrem noscámus atque Fílium, teque utriúsque Spíritum credámus omni témpore.

    Deo Patri sit glória, et Fílio, qui a mórtuis surréxit, ac Paráclito, in sæculórum sæcula.

    Amén.

    VEN, ESPÍRITU DIVINO

    Secuencia de Pentecostés

    Ven, Espíritu divino, manda tu luz desde el cielo.

    Padre amoroso del pobre; don, en tus dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.

    Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo.

    Brisa en las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.

    Entra hasta el fondo del alma, divina luz, y en­ri­quécenos.

    Mira el vacío del hombre, si tú le faltas por dentro; mira el poder del pecado, cuando no envías tu aliento.

    Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas.

    Infunde calor de vida en el hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

    Reparte tus siete dones, según la fe de tus siervos.

    Por tu bondad y tu gracia, dale al esfuerzo su mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.

    VEN, ESPÍRITU DIVINO (EN LATÍN)

    Veni, Sancte Spíritus, et emítte élitus lucis tuæ rádium.

    Veni, pater páuperum, veni, dator múnerum, veni, lumen córdium.

    Consolátor óptime, dulcis hospes ánimæ, dulce re­fri­gérium.

    In labóre réquies, in æstu tempéries, in fletu solácium.

    O lux beatíssima, reple cordis íntima tuórum fidélium.

    Sine tuo númine, nihil est in hómine, nihil est innóxium.

    Lava quod est sórdidum, riga quod est áridum, sana quod est sáucium.

    Flecte quod est rígidum, fove quod est frígidum, rege quod est dévium.

    Da tuis fidélibus, in te con­fi­dén­tibus, sacrum sep­te­nárium.

    Da virtútis méritum, da salútis éxitum, da perénne gáudium.

    Santísima Virgen María

    ÁNGELUS

    V/ . El ángel del Señor anunció a María.

    R/ . Y concibió por obra y gracia del Espíritu Santo.

    Dios te salve, María…
    Ave, Maria…

    V/ . He aquí la esclava del Señor.

    R/ . Hágase en mí según tu palabra.

    Dios te salve, María…
    Ave, Maria…

    V/ . Y el Verbo de Dios se hizo carne.

    R/ . Y habitó entre nosotros.

    Dios te salve, María…
    Ave, Maria…

    V/ . Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

    R/ . Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

    Oración

    Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su resurrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

    R/ . Amen.

    ÁNGELUS (EN LATÍN)

    V/ . Ángelus Dómini nuntiávit Maríæ.

    R/ . Et concépit de Spíritu Sancto.

    V/ . Ecce ancílla Dómini.

    R/ . Fiat mihi secúndum verbum tuum.

    V/ . Et Verbum caro factum est.

    R/ . Et habitávit in nobis.

    V/ . Ora pro nobis, sancta Dei génetrix.

    R/ . Ut digni efficiámur pro¬mi¬ssiónibus Christi.

    Orémus

    Grátiam tuam, quéumus, Dómine, méntibus nostris infúnde: ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui Incarnatiónem cognóvimus; per Passiónem eius et Crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.

    REGÍNA CÆLI

    Para el Tiempo Pascual

    V/ . Reina del cielo alégrate; aleluya.

    R/ . Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.

    V/ . Ha resucitado según su palabra; aleluya.

    R/ . Ruega al Señor por nosotros; aleluya.

    V/ . Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.

    R/ . Porque ver¬da¬de¬ramente ha resucitado el Señor; aleluya.

    Oración

    Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos.

    Por Jesucristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    REGÍNA CÆLI (EN LATÍN)

    V/ . Regina cæli lætáre, allelúia.

    R/ . Quia quem meruísti portáre, allelúia.

    V/ . Resurréxit, sicut dixit, allelúia.

    R/ . Ora pro nobis Deum, allelúia.

    V/ . Gaude et lætáre, Virgo Maria, allelúia.

    R/ . Quia surréxit Dóminus vere, allelúia.

    Orémus

    Deus, qui per resurrectiónem Fílii tui Dómini nostri Iesu Christi mundum lætificáre dignátus es, præsta, quésumus, ut per eius Genetrícem Vírginem Maríam perpétuæ capiámus gáudia vitæ.

    Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.

    ACORDAOS

    Acordaos, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestra asistencia y reclamando vuestro socorro, haya sido abandonado de vos.

    Animado con esta confianza, a vos también acudo, oh Madre, Virgen de vírgenes; y, aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados, me atrevo a aparecer ante vuestra presencia soberana.

    No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien escuchadlas y atendedlas fa¬vo¬ra¬blemente.

    Amén

    ACORDAOS (EN LATÍN)

    Memoráre, o piíssima Virgo Maria, non esse audítum a sǽculo, quemquam ad tua curréntem præsídia, tua implorántem auxilia, tua peténtem suffrágia, esse derelíctum.

    Ego tali animátus confidéntia, ad te, Virgo Vírginum, Mater, curro, ad te vénio, coram te gemens peccátor assísto.

    Noli, Mater Verbi, verba mea despícere; sed áudi propítia et exáudi.

    Amen.

    SANTO ROSARIO

    Estación al Santísimo Sacramento

    V/ . ¡Viva Jesús Sa¬cra¬mentado!

    R/ . ¡Viva y de todos sea amado!

    Padre nuestro, Avemaría, Gloria (tres veces).

    V/ . ¡Viva Jesús Sa¬cra¬mentado!

    R/ . ¡Viva y de todos sea amado!

    Comunión espiritual

    Yo quisiera, Señor, recibiros con aquella pureza, humildad y devoción con que os recibió vuestra Santísima Madre, con el espíritu y fervor de los santos.

    Santo Rosario

    V/ . Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    Amen.

    Señor mío Jesucristo.

    V/ . Señor ábreme los labios,

    R/ . y mi boca proclamará tu alabanza.

    V/ . Dios mío, ven en mi auxilio,

    R/ . Señor, date prisa en socorrerme.

    Gloria al Padre…

    Misterios gozosos

    Lunes y sábados

    1°. La Encarnación.
    2°. La Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel.
    3°. El Nacimiento del Hijo de Dios en Belén.
    4°. La Purificación de Nuestra Señora.
    5°. El Niño perdido y hallado en el Templo.

    Misterios dolorosos

    Martes y viernes

    1°. La oración en el huerto.
    2°. La flagelación del Señor.
    3°. La coronación de espinas.
    4°. La Cruz a cuestas.
    5°. Jesús muere en la Cruz.

    Misterios gloriosos

    Miércoles y domingos

    1°. La Resurrección del Señor.
    2°. La Ascensión del Señor.
    3°. La venida del Espíritu Santo.
    4°. La Asunción de Nuestra Señora.
    5°. La Coronación de María Santísima.

    Misterios luminosos

    Jueves

    1º. El Bautismo del Señor.
    2º. Las bodas de Caná.
    3º. El anuncio del Reino de Dios.
    4º. La Transfiguración del Señor.
    5º. La institución de la Eucaristía.

    Después de cada misterio

    María, Madre de Gracia, Madre de mi¬se¬ri¬cordia, defiéndenos de nuestros enemigos y ampáranos ahora y en la hora de nuestra muerte.

    Amén.

    Al terminar los cinco misterios

    – Dios te salve, María, Hija de Dios Padre, llena eres…
    – Dios te salve, María, Madre de Dios Hijo, llena eres…
    – Dios te salve, María, Esposa de Dios Espíritu Santo, llena…

    Letanía lauretana

    V/ . Señor, ten piedad.

    R/ . Señor, ten piedad.

    V/ . Cristo, ten piedad.

    R/ . Cristo, ten piedad.

    V/ . Señor, ten piedad.

    R/ . Señor, ten piedad.

    V/ . Cristo, óyenos.

    R/ . Cristo, óyenos.

    V/ . Cristo, escúchanos.

    R/ . Cristo, escúchanos.

    V/ . Dios, Padre celestial,

    R/ . ten mi¬se¬ri¬cordia de nosotros.

    V/ . Dios Hijo, Redentor del mundo,

    R/ . ten mi¬se¬ri¬cordia de nosotros.

    V/ . Dios Espíritu Santo,

    R/ . ten mi¬se¬ri¬cordia de nosotros.

    V/ . Trinidad Santa, un solo Dios,

    R/ . ten mi¬se¬ri¬cordia de nosotros.

    V/ . Santa María,

    R/ . ruega por nosotros.

    Santa Madre de Dios,

    Santa Virgen de las vírgenes,

    Madre de Cristo,

    Madre de la Iglesia,

    Madre de la divina gracia,

    Madre purísima,

    Madre castísima,

    Madre virginal,

    Madre sin corrupción,

    Madre inmaculada,

    Madre amable,

    Madre admirable,

    Madre del Buen Consejo,

    Madre del Creador,

    Madre del Salvador,

    Virgen pru¬den¬tísima,

    Virgen digna de veneración,

    Virgen digna de alabanza,

    Virgen poderosa,

    Virgen clemente,

    Virgen fiel,

    Espejo de justicia,

    Trono de sabiduría,

    Causa de nuestra alegría,

    Vaso espiritual,

    Vaso digno de honor,

    Vaso insigne de devoción,

    Rosa mística,

    Torre de David,

    Torre de marfil,

    Casa de oro,

    Arca de la alianza,

    Puerta del cielo,

    Estrella de la mañana,

    Salud de los enfermos,

    Refugio de los pecadores,

    Consuelo de los afligidos,

    Auxilio de los cristianos,

    Reina de los Ángeles,

    Reina de los Patriarcas,

    Reina de los Profetas,

    Reina de los Apóstoles,

    Reina de los Mártires,

    Reina de los Confesores,

    Reina de las Vírgenes,

    Reina de todos los Santos,

    Reina concebida sin pecado original,

    Reina elevada al cielo,

    Reina del Santísimo Rosario,

    Reina de la familia,

    Reina de la paz,

    V/ . Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,

    R/ . perdónanos, Señor.

    V/ . Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,

    R/ . escúchanos, Señor.

    V/ . Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo,

    R/ . ten misericordia de nosotros.

    Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

    V/ . Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

    R/ . Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

    Oración

    Te suplicamos, Señor, que derrames tu gracia en nuestras almas, para que los que, por el anuncio del Ángel, hemos conocido la Encarnación de tu Hijo Jesucristo, por su Pasión y Cruz, seamos llevados a la gloria de su re¬su¬rrección. Por Jesucristo nuestro Señor.

    Amén.

    – Por las necesidades de la Iglesia y del Estado: Padre nuestro. Avemaría. Gloria.
    – Por la persona e intenciones del Señor Obispo de esta diócesis: Padre nuestro. Avemaría. Gloria.
    – Por las benditas ánimas del Purgatorio: Padre nuestro. Avemaría. Descansen en paz. Amén.
    ________________
    El Viernes Santo, en lugar del Gloria, se puede rezar:

    V/ . Cristo por nosotros se hizo obediente hasta la muerte.

    R/ . Y muerte de cruz.

    Y el Sábado Santo:

    V/ . Cristo por nosotros se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

    R/ . Por lo cual Dios lo exaltó y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre.

    SANTO ROSARIO (EN LATÍN)

    V/ . Adorémus in ætérnum Sanc¬tí¬ssimum Sacra¬méntum.

    R/ . Adorémus in ætérnum Sanc¬tí¬ssimum Sa¬cra¬méntum.

    Pater noster, Ave Maria, Glória Patri (tres veces).

    V/ . Adorémus in ætérnum Sanc¬tí¬ssimum Sa¬cra¬méntum.

    R/ . Adorémus in ætérnum Sanc¬tí¬ssimum Sa¬cra¬méntum.

    V/ . Per signum Crucis de inimícis nostris líbera nos, Deus Noster. In Nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti.

    Amen.

    V/ . Dómine, labia mea apéries,

    R/ . et os meum annuntiábit laudem tuam.

    V/ . Deus, in adiutórium meum inténde,

    R/ . Dómine, ad adiuvándum me festína.

    V/ . Kýrie, eléison.

    R/ . Kýrie, eléison.

    V/ . Christe, eléison.

    R/ . Christe, eléison.

    V/ . Kýrie, eléison.

    R/ . Kýrie, eléison.

    V/ . Christe, audi nos.

    R/ . Christe, audi nos.

    V/ . Christe, exáudi nos.

    R/ . Christe, exáudi nos.

    V/ . Pater de cælis, Deus,

    R/ . miserére nobis.

    V/ . Fili, Redémptor mundi, Deus,

    R/ . miserére nobis.

    V/ . Spíritus Sancte, Deus,

    R/ . miserére nobis.

    V/ . Sancta Trínitas, unus Deus,

    R/ . miserére nobis.

    V/ . Sancta Maria,

    R/ . ora pro nobis.

    Sancta Dei Génetrix,

    Sancta Virgo vírginum,

    Mater Christi,

    Mater Ecclésiæ,

    Mater divínæ gratiæ,

    Mater puríssima,

    Mater castíssima,

    Mater invioláta,

    Mater intemeráta,

    Mater immaculáta,

    Mater amábilis,

    Mater admirábilis,

    Mater boni Consílii,

    Madre del Creador,

    Mater Creatóris,

    Mater Salvatóris,

    Virgo pru¬den¬tíssima,

    Virgo veneránda,

    Virgo prædicánda,

    Virgo potens,

    Virgo clemens,

    Virgo fidélis,

    Spéculum iustítiæ,

    Sedes Sapiéntiæ,

    Causa nostræ lætítiæ,

    Vas spirituále,

    Vas honorábile,

    Vas insigne devotiónis,

    Rosa mýstica,

    Turris Davídica,

    Turris ebúrnea,

    Domus áurea,

    Fœderis arca,

    Iánua cæli,

    Stella matutina,

    Salus infirmórum,

    Refugium peccatórum,

    Consolátrix af¬flic¬tórum,

    Auxílium chris¬tia¬nórum,

    Regina Angelórum,

    Regina Pa¬triar¬chárum,

    Regina Pro¬phe¬tárum,

    Regina Apos¬to¬lórum,

    Regina Mártyrum,

    Regina Con¬fe¬ssórum,

    Regina Vírginum,

    Regina Sanctórum ómnium,

    Regina sine labe originali concépta,

    Regina in cælum assumpta,

    Regina sa¬cra¬tíssimi Rosárii,

    Regina famíliæ,

    Regina pacis,

    V/ . Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi,

    R/ . parce nobis, Dómine.

    V/ . Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi,

    R/ . exáudi nos, Dómine.

    V/ . Agnus Dei, qui tollis peccáta mundi,

    R/ . miserére nobis.

    Sub tuum præsídium confúgimus, Sancta Dei Génetrix, nostras de¬pre¬ca¬tiónes ne despícias in ne¬ces¬si¬tátibus; sed a perículis cunctis líbera nos semper, Virgo gloriósa et benedícta.

    V/ . Ora pro nobis, Sancta Dei Génetrix.

    R/ . Ut digni efficiámur pro¬mi¬ssiónibus Christi.

    Orémus

    Grátiam tuam, quéumus, Dómine, méntibus nostris infúnde: ut qui, Ángelo nuntiánte, Christi Fílii tui Incarcatiónem cognóvimus; per Passiónem eius et Crucem, ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per Christum Dóminum nostrum. Amen.

    ________________

    V/ . Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem.

    R/ . Mortem autem crucis.

    V/ . Christus factus est pro nobis obœdiens usque ad mortem, mortem autem crucis.

    R/ . Propter quod et Deus exaltávit íllum: et dedit ílli nomen, quod est super omne nomen.

    BAJO TU AMPARO

    Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos siempre de todos los peligros, Virgen gloriosa y bendita.

    V/ . Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.

    R/ . Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

    BAJO TU AMPARO (EN LATÍN)

    Sub tuum præsídium confúgimus, Sancta Dei Génetrix, nostras de­pre­ca­tiónes ne despícias in ne­ces­si­tátibus; sed a perículis cunctis líbera nos semper, Virgo gloriósa et benedícta.

    V/ . Ora pro nobis, Sancta Dei Génetrix.

    R/ . Ut digni efficiámur pro­mi­ssiónibus Christi.

    STABAT MATER

    La Madre piadosa estaba junto a la Cruz y lloraba mientras el Hijo pendía.

    Cuya alma, triste y llorosa, traspasada y dolorosa, fiero cuchillo tenía.

    ¡Oh, cuán triste y cuán aflicta se vio la Madre bendita, de tantos tormentos llena!

    Cuando triste contemplaba y dolorosa miraba del Hijo amado la pena.

    Y ¿cuál hombre no llorara, si a la Madre contemplara de Cristo, en tanto dolor?

    Y ¿quién no se en¬tris¬teciera, Madre piadosa, si os viera sujeta a tanto rigor?

    Por los pecados del mundo, vio a Jesús en tan profundo tormento la dulce Madre.

    Vio morir al Hijo amado, que rindió desamparado el espíritu a su Padre.

    ¡Oh dulce fuente de amor!, hazme sentir tu dolor para que llore contigo.

    Y que, por mi Cristo amado, mi corazón abrasado más viva en él que conmigo.

    Y, porque a amarle me anime, en mi corazón imprime las llagas que tuvo en sí.

    Y de tu Hijo, Señora, divide conmigo ahora las que padeció por mí.

    Hazme contigo llorar y de veras lastimar de sus penas mientras vivo.

    Porque acompañar deseo en la Cruz, donde le veo, tu corazón compasivo.

    ¡Virgen de vírgenes santas!, llore ya con ansias tantas, que el llanto dulce me sea.

    Porque su pasión y muerte tenga en mi alma, de suerte que siempre sus penas vea.

    Haz que su Cruz me enamore y que en ella viva y more de mi fe y amor indicio.

    Porque me inflame y encienda, y contigo me defienda en el día del juicio.

    Haz que me ampare la muerte de Cristo, cuando en tan fuerte trance vida y alma estén.

    Porque, cuando quede en calma el cuerpo, vaya mi alma a su eterna gloria.

    Amén.

    STABAT MATER (EN LATÍN)

    Stabat Mater dolorósa iuxta Crucem lacrimósa, dum pendébat Fílius.

    Cuius ánimam geméntem, con¬tris¬tátam et doléntem per¬tran¬sívit gládius.

    O quam tristis et afflícta fuit illa benedícta, mater Unigéniti!

    Quæ mærébat et dolébat, pia Mater, dum vidébat nati pœnas íncliti.

    Quis est homo qui non fleret, matrem Christi si vidéret in tanto supplício?

    Quis non posset contristári Christi Matrem contemplári doléntem cum Fílio?

    Pro peccátis suæ gentis vidit Iesum in torméntis, et flagéllis súbditum.

    Vidit suum dulcem Natum moriéndo desolátum, dum emísit spíritum.

    Éia, Mater, fons amóris me sentíre vim dolóris fac, ut tecum lúgeam.

    Fac, ut árdeat cor meum in amándo Christum Deum ut sibi compláceam.

    Sancta Mater, istud agas, crucifíxi fige plagas cordi meo válide.

    Tui Nati vulneráti, tam dignáti pro me pati, pœnas mecum dívide.

    Fac me tecum píe flere, crucifíxo condolére, donec ego víxero.

    Iuxta Crucem tecum stare, et me tibi sociáre in planctu desídero.

    Virgo vírginum præclara, mihi iam non sis amára, fac me tecum plángere.

    Fac, ut portem Christi mortem, passiónis fac consórtem, et plagas recólere.

    Fac me plagis vulnerári, fac me Cruce inebriári, et cruóre Fílii.

    Flammis ne urar succénsus, per te, Virgo, sim defénsus in die iudícii.

    Christe, cum sit hinc exíre, da per Matrem me veníre ad palmam victóriæ.

    Quando corpus moriétur, fac, ut ánimæ donétur paradísi glória.

    Amen.

    OH SEÑORA MÍA

    ¡Oh Señora mía! ¡Oh Madre mía! Yo me ofrezco enteramente a vos; y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua, mi corazón: en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro, oh Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra.

    Amén.

    BENDITA SEA TU PUREZA

    Bendita sea tu pureza y eternamente lo sea, pues todo un Dios se recrea, en tan graciosa belleza. A ti celestial princesa, Virgen sagrada María, te ofrezco en este día, alma vida y corazón. Mírame con compasión, no me dejes, Madre mía.

    ALMA REDEMPTÓRIS MATER

    Para el Tiempo de Adviento y Navidad

    Salve, Madre soberana del Redentor, puerta del cielo siempre abierta, estrella del mar. Socorre al pueblo frágil, que intenta levantarse.

    Tú que para asombro de la naturaleza engendraste a tu Creador, virgen antes y después del parto, que recibiste aquel saludo de la boca de Gabriel, ten piedad de nosotros.

    ALMA REDEMPTÓRIS MATER (EN LATÍN)

    Alma Redemptóris Mater, quæ pérvia cæli porta manes, et stella maris, succúrre cadénti, súrgere qui curat, pópulo.

    Tu quæ genuísti, natúra miránte, tuum sanctum Genitórem, Virgo prius ac postérius, Gabriélis ab ore sumens illud Ave, peccatórum miserére.

    AVE, REGÍNA CÆLÓRUM

    Para el Tiempo de Cuaresma

    Salve, Reina de los Cielos y Señora de los ángeles; salve raíz, salve puerta, que dio paso a nuestra luz.

    Alégrate, Virgen gloriosa, entre todas la más bella; salve, agraciada doncella, ruega a Cristo por nosotros.

    AVE, REGÍNA CÆLÓRUM (EN LATÍN)

    Ave, Regína cælórum, ave, Dómina Angelórum, salve, radix, salve, porta, ex qua mundo lux est orta.

    Gaude, Virgo gloriósa, super omnes speciósa; vale, o valde decóra, et pro nobis Christum exóra.

    Antes de Misa

    ORACIÓN A SAN JOSÉ

    ¡Oh feliz varón, bien¬aven¬turado José, a quien le fue concedido no sólo ver y oír al Dios a quien muchos reyes quisieron ver y no vieron, oír y no oyeron; sino también abrazarlo, besarlo, vestirlo y custodiarlo!

    V/ . Ruega por nosotros, bien¬aven¬turado José.

    R/ . Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.

    Oración

    Oh Dios, que nos concediste el sacerdocio real; te pedimos que, así como San José mereció tratar y llevar en sus brazos con cariño a tu Hijo unigénito, nacido de la Virgen María, hagas que nosotros te sirvamos con corazón limpio y buenas obras, de modo que hoy recibamos dignamente el sacrosanto cuerpo y sangre de tu Hijo, y en la vida futura merezcamos alcanzar el premio eterno. Por Jesucristo nuestro Señor.

    Amén.

    ORACIÓN A SAN JOSÉ (EN LATÍN)

    O felícem virum, beátum Ioseph, cui datum est Deum, quem multi reges voluérunt vidére et non vidérunt, audíre et non audiérunt, non solum vidére et audíre, sed portáre, deosculári, vestíre et custodíre!

    V/ . Ora pro nobis, beáte Ioseph.

    R/ . Ut digni efficiámur pro¬mi¬ssiónibus Christi.

    Orémus

    Deus, qui dedísti nobis regále sa¬cer¬dótium, præsta, quǽsumus, ut, sicut beátus Ioseph unigénitum Fílium tuum, natum ex Maria Vírgine, suis mánibus reverénter tractáre méruit et portáre, ita nos facias cum cordis mundítia et óperis innocéntia tuis sanctis altáribus deservíre, ut sa¬cro¬sánctum Fílii tui Corpus et Sánguinem hódie digne sumámus, et in futúro sǽculo prǽmium habére mereámur ætérnum. Per Christum Dóminum nostrum.

    Amen.

    ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

    Omnipotente y sempiterno Dios, he aquí que me acerco al sacramento de tu unigénito Hijo Jesucristo, Señor nuestro; me acerco como un enfermo al médico de la vida, como un inmundo a la fuente de la mi¬se¬ri¬cordia, como un ciego a la luz de la claridad eterna, como un pobre y necesitado al Señor de cielos y tierra.

    Imploro la abundancia de tu infinita generosidad para que te dignes curar mi enfermedad, lavar mi impureza, iluminar mi ceguera, remediar mi pobreza y vestir mi desnudez, para que me acerque a recibir el Pan de los ángeles, al Rey de reyes y Señor de señores, con tanta reverencia y humildad, con tanta contrición y piedad, con tanta pureza y fe, y con tal propósito e intención como conviene a la salud de mi alma.

    Te pido que me concedas recibir no sólo el sacramento del cuerpo y de la sangre del Señor, sino la gracia y la virtud de ese sacramento.

    Oh Dios benignísimo, concédeme recibir el cuerpo de tu unigénito Hijo Jesucristo, Señor nuestro, nacido de la Virgen María, de tal modo que merezca ser incorporado a su cuerpo místico y contado entre sus miembros.

    Oh Padre amantísimo, concédeme contemplar eternamente a tu querido Hijo, a quien, bajo el velo de la fe, me propongo recibir ahora.

    Que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO (EN LATÍN)

    Omnípotens sempiterne Deus, ecce, accédo ad sacraméntum unigéniti Fílii tui, Dómini nostri Iesu Christi; accédo tamquam infírmus ad médicum vitæ, immúndus ad fontem misericórdiæ, cæcus ad lumen claritátis ætérnæ, pauper et egénus ad Dóminum cæli et terræ.

    Rogo ergo imménsæ largitátis tuæ abundántiam, quátenus meam curáre dignéris infirmitátem, laváre fœditátem, illumináre cæcitátem, ditáre paupertátem, vestíre nuditátem: ut panem Angelórum, Regem regum et Dóminum dominántium, tanta suscípiam reveréntia et humilítate, tanta contritióne et devotióne, tanta puritáte et fíde, tali propósito et intentióne, sicut éxpedit salúti ánimæ meæ.

    Da mihi, quéso, Domínici Córporis et Sánguinis non solum suscípere sacraméntum, sed étiam rem et virtútem sacraménti.

    O mitíssime Deus, da mihi corpus unigéniti Fílii tui, Dómini nostri Iesu Christi, quod traxit de Vírgine Maria, sic suscípere, ut córpori suo mýstico mérear incorporári, et ínter eius membra connumerári.

    O amantíssime Pater, concede mihi diléctum Fílium tuum, quem nunc velátum in via suscípere propóno, reveláta tandem fácie perpétuo contemplári.

    Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus, per ómnia sǽcula sæculórum.

    Amen.

    ORACIÓN DE SAN AMBROSIO

    ¡Oh mi piadoso Señor Jesucristo! Yo pecador, sin presumir de mis méritos, sino confiando en tu bondad y misericordia, temo y vacilo al acercarme a la mesa de tu dulcísimo convite, pues tengo el cuerpo y el alma manchados por muchos pecados, y no he guardado con prudencia mis pensamientos y mi lengua.

    Por eso, oh Dios bondadoso, oh tremenda Majestad, yo, que soy un miserable lleno de angustias, acudo a ti, fuente de misericordia; a ti voy para que me sanes, bajo tu protección me pongo, y confío tener como salvador a quien no me atrevería a mirar como juez.

    A ti, Señor, muestro mis heridas y presento mis flaquezas. Sé que mis pecados son muchos y grandes, y me causan temor, mas espero en tu infinita misericordia.

    Oh Señor Jesucristo, Rey eterno, Dios y hombre, clavado en la Cruz por los hombres: mírame con tus ojos misericordiosos, oye a quien en ti espera; Tú que eres fuente inagotable de perdón, ten piedad de mis miserias y pecados.

    Salve, víctima de salvación inmolada por mí y por todos los hombres en el patíbulo de la Cruz.

    Salve, noble y preciosa sangre, que sales de las llagas de mi Señor Jesucristo crucificado y lavas los pecados de todo el mundo.

    Acuérdate, Señor, de esta criatura tuya, redimida por tu sangre. Me arrepiento de haber pecado y deseo enmendar mis errores.

    Aleja de mí, Padre clementísimo, todas mis iniquidades y pecados, para que, limpio de alma y cuerpo, sea digno de saborear al Santo de los santos.

    Concédeme que esta santa comunión de tu cuerpo y de tu sangre, que indigno me atrevo a recibir, sea el perdón de mis pecados, la perfecta purificación de mis delitos, aleje mis malos pensamientos y regenere mis buenos afectos; conceda eficacia salvadora a las obras que a ti te agradan; y, finalmente, sea la firmísima defensa de mi cuerpo y de mi alma contra las asechanzas de mis enemigos.

    Amén.

    ORACIÓN DE SAN AMBROSIO (EN LATÍN)

    Ad mensam dulcíssimi convívii tui, pie Dómine Iesu Christe, ego peccátor de própriis meis méritis nihil præsúmens, sed de tua confídens misericórdia et bonitáte, accédere véreor et contremísco. Nam cor et corpus hábeo multis crimínibus maculátum, mentem et línguam non caute custodítam.

    Ergo, o pia Déitas, o treménda Maiéstas, ego miser, inter angústias deprehénsus, ad te fontem misericórdiæ recúrro, ad te festíno sanándus, sub tuam protectiónem fúgio: et, quem Iúdicem sustinére néqueo, Salvatórem habére suspíro.

    Tibi, Dómine, plagas meas osténdo, tibi ve¬re¬cún¬diam meam détego. Scío peccáta mea multa et magna, pro quibus tímeo. Spero in misericórdias tuas, quarum non est númerus.

    Réspice ergo in me óculis misericórdiæ tuæ, Dómine Iesu Christe, Rex ætérne, Deus et homo, crucifíxus propter hóminem. Exáudi me sperántem in te: miserére mei pleni misériis et peccátis, tu qui fontem miseratiónis numquam manáre cessábis.

    Salve, salutáris víctima, pro me et omni humáno génere in patíbulo Crucis obláta.

    Salve, nóbilis et pretióse Sanguis, de vulnéribus crucifíxi Dómini mei Iesu Christi prófluens, et peccáta totíus mundi ábluens.

    Recordáre, Dómine, creatúræ tuæ, quam tuo Sánguine redemísti. Pœnitet me peccásse, cúpio emmendáre quod feci.

    Aufer ergo a me, clementíssime Pater, omnes iniquitátes et peccáta mea, ut, purificátus mente et córpore, digne degustáre mérear Sancta sanctórum.

    Et concéde, ut hæc sancta prælibátio Córporis et Sánguinis tui, quam ego indígnus súmere inténdo, sit peccatórum meórum remíssio, sit delictórum perfécta purgátio, sit túrpium cogitatiónum effugátio, ac bonórum sénsuum regenerátio, operúmque tibi placéntium salúbris efficácia, ánimæ quoque et córporis contra inimicórum meórum insídias firmíssima tuítio.

    Amen.

    Después de Misa

    ORACIÓN A SAN MIGUEL

    Arcángel San Miguel, defiéndenos en la lucha, sé nuestro amparo contra la maldad y las asechanzas del demonio. Pedimos suplicantes que Dios lo mantenga bajo su imperio; y tú, Príncipe de la milicia celestial, arroja al infierno con el poder divino, a Satanás y a los otros espíritus malvados, que andan por el mundo tratando de perder a las almas.

    Amén.

    ORACIÓN A SAN MIGUEL (EN LATÍN)

    Sancte Míchäel Archángele, defénde nos in prœlio: contra nequítiam et insídias diáboli esto præsídium. Impéret illi Deus, súpplices deprecámur; tuque, Princeps milítiæ cæléstis, sátanam aliósque spíritus malígnos, qui ad per­di­tiónem animárum pervagántur in mundo, divína virtúte in inférnum detrúde.

    Amen.

    ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO

    Gracias te doy, Señor santo, Padre todopoderoso, Dios eterno, porque a mí, pecador, indigno siervo tuyo, sin mérito alguno de mi parte, sino por pura concesión de tu misericordia, te has dignado alimentarme con el precioso cuerpo y sangre de tu unigénito Hijo mi Señor Jesucristo.

    Suplícote que esta sagrada comunión no me sea ocasión de castigo, sino intercesión saludable para el perdón; sea armadura de mi fe, escudo de mi buena voluntad, muerte de todos mis vicios, exterminio de todos mis carnales apetitos; aumento de caridad, paciencia y verdadera humildad, y de todas las virtudes: sea perfecto sosiego de mi cuerpo y de mi espíritu, firme defensa contra todos mis enemigos visibles e invisibles, perpetua unión contigo, único y verdadero Dios, y sello de mi muerte dichosa.

    Ruégote que tengas por bien llevar a este pecador a aquel convite inefable, donde tú, con tu Hijo y el Espíritu Santo, eres para tus santos luz verdadera, satisfacción cumplida, gozo perdurable, dicha consumada y felicidad perfecta. Por Cristo nuestro Señor.

    Amén.

    ORACIÓN DE SANTO TOMÁS DE AQUINO (EN LATÍN)

    Grátias tibi ago, Dómine, sancte Pater, omnípotens ætérne Deus, qui me peccatórem, indígnum fámulum tuum, nullis meis méritis, sed sola dignatióne misericórdiæ tuæ satiáre dignátus es pretióso Córpore et Sánguine Fílii tui Dómini nostri Iesu Christi.

    Et precor, ut hæc sancta commúnio non sit mihi reátus ad pœnam, sed intercéssio salutáris ad véniam. Sit mihi armatúra fídei et scutum bonæ voluntátis. Sit vitiórum meórum evacuátio, concupiscéntiæ et libídinis exterminátio, caritátis et patiéntiæ, humilitátis et obœdiéntiæ, omniúmque virtútum augmentátio; contra insídias inimicórum ómnium, tam visibílium, quam invisibílium, firma defénsio; in te uno ac vero Deo firma adhǽsio; atque finis mei felix consummátio.

    Et precor te, ut ad illud ineffábile convívium me peccatórem perdúcere dignéris, ubi tu cum Fílio tuo et Spíritu Sancto, Sanctis tuis es lux vera, satíetas plena, gáudium sempitérnum, iucúnditas consummáta et felícitas perfécta. Per Christum Dóminum nostrum.

    Amen.

    ORACIÓN DE S. BUENAVENTURA

    Traspasa, dulcísimo Jesús y Señor mío, la médula de mi alma con el suavísimo y saludabilísimo dardo de tu amor; con la verdadera, pura y santísima caridad apostólica, a fin de que mi alma desfallezca y se derrita siempre sólo en amarte y en deseo de poseerte: que por ti suspire, y desfallezca por hallarse en los atrios de tu casa; anhele ser desligada del cuerpo para unirse contigo.

    Haz que mi alma tenga hambre de ti, Pan de los ángeles, alimento de las almas santas, Pan nuestro de cada día, lleno de fuerza de toda dulzura y sabor, y de todo suave deleite.

    ¡Oh Jesús, en quien desean mirar los ángeles!, tenga siempre mi corazón hambre de ti y el interior de mi alma rebose con la dulzura de tu sabor; tenga siempre sed de ti, fuente de vida, manantial de sabiduría y de ciencia, río de luz eterna, torrente de delicias, abundancia de la casa de Dios.

    Que te desee, te busque, te halle; que a ti vaya y a ti llegue; en ti piense, de ti hable, y todas mis acciones encamine a honra y gloria de tu nombre, con humildad y discreción, con amor y deleite, con facilidad y afecto, con perseverancia hasta el fin; para que tú solo seas siempre mi esperanza, toda mi confianza, mi riqueza, mi deleite, mi contento, mi gozo, mi descanso y mi tranquilidad, mi paz, mi suavidad, mi perfume, mi dulzura, mi comida, mi alimento, mi refugio, mi auxilio, mi sabiduría, mi herencia, mi posesión, mi tesoro, en el cual esté siempre fija y firme e inconmoviblemente arraigada mi alma y mi corazón.

    Amén.

    ORACIÓN DE S. BUENAVENTURA (EN LATÏN)

    Transfíge, dulcíssime Dómine Iesu, medúllas et víscera ánimæ meæ suavíssimo ac salubérrimo amóris tui vúlnere, vera serenáque et apostólica sanctíssima caritáte, ut lángueat et liquefíat ánima mea solo semper amóre et desidério tui; te concupíscat et defíciat in átria tua, cúpiat dissólvi et esse tecum.

    Da ut ánima mea te esúriat, panem Angelórum, refectiónem animárum sanctárum; panem nostrum cotidiánum, supersubstantiálem, habéntem omnem dulcédinem et sapórem et omne delectaméntum suavitátis.

    Te, in quem desíderant Ángeli prospícere, semper esúriat et cómedat cor meum, et dulcédine sapóris tui repleántur víscera ánimæ meæ; te semper sítiat fontem vitæ, fontem sapiéntiæ et sciéntiæ, fontem ætérni lúminis, torréntem voluptátis, ubertátem domus Dei.

    Te semper ámbiat, te quærat, te invéniat, ad te tendat, ad te pervéniat, te meditétur, te loquátur, et ómnia operétur in laudem et glóriam nóminis tui, cum humilitáte et discretióne, cum dilectióne, et delectatióne, cum facilitáte et afféctu, cum perseverántia usque in finem; ut tu sis solus semper spes mea, tota fidúcia mea, divítiæ meæ, delectátio mea, iucúnditas mea, gáudium meum, quies et tranquíllitas mea, pax mea, suávitas mea, odor meus, dulcédo mea, cibus meus, reféctio mea, refúgium meum, auxílium meum, sapiéntia mea, pórtio mea, posséssio mea, thesáurus meus, in quo fixa et firma et immobíliter semper sit radicáta mens mea et cor meum.

    Amen.

    ORACIÓN UNIVERSAL

    Atribuida al Papa Clemente XI

    Creo, Señor, haz que crea con más firmeza; espero, haz que espere con más confianza; amo, haz que ame con más ardor; me arrepiento, haz que tenga mayor dolor.

    Te adoro como primer principio; te deseo como último fin; te alabo como bienhechor perpetuo; te invoco como defensor propicio.

    Dirígeme con tu sabiduría, átame con tu justicia, consuélame con tu clemencia, protégeme con tu poder.

    Te ofrezco, Señor, mis pen­sa­mientos, para que se dirijan a ti; mis palabras, para que hablen de ti; mis obras, para que sean tuyas, mis con­tra­riedades, para que las lleve por ti.

    Quiero lo que quieras, quiero porque quieres, quiero como lo quieres, quiero hasta que quieras.

    Señor, te pido que ilumines mi en­ten­di­miento, inflames mi voluntad, limpies mi corazón, santifiques mi alma.

    Que me aparte de mis pasadas iniquidades, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas in­cli­naciones, practique las virtudes necesarias.

    Concédeme, Dios de bondad, amor a ti, odio a mí, celo por el prójimo y desprecio a lo mundano.

    Que sepa obedecer a los superiores, ayudar a los inferiores, aconsejar a los amigos y perdonar a los enemigos.

    Que venza la sensualidad con la mor­ti­fi­cación, la avaricia con la generosidad, la ira con la bondad, la tibieza con la piedad.

    Hazme prudente en los consejos, constante en los peligros, paciente en las con­tra­riedades, humilde en la prosperidad.

    Señor, hazme atento en la oración, sobrio en la comida, constante en el trabajo, firme en los propósitos.

    Que procure tener inocencia interior, modestia exterior, con­ver­sación ejemplar y vida ordenada.

    Haz que esté atento a dominar mi naturaleza, a fomentar la gracia, servir a tu ley y a obtener la salvación.

    Que aprenda de ti qué poco es lo terreno, qué grande lo divino, qué breve el tiempo, qué durable lo eterno.

    Concédeme preparar la muerte, temer el juicio, evitar el infierno y alcanzar el paraíso. Por Cristo nuestro Señor.

    Amén.

    ORACIÓN UNIVERSAL (EN LATÍN)

    Sub nómine Cleméntis PP. XI vulgáta

    Credo, Dómine, sed credam fírmius; spero, sed sperem secúrius; amo, sed amem ardéntius; dóleo, sed dóleam veheméntius.

    Adoro te ut primum princípium; desídero ut finem últimum; laudo ut be­ne­fac­tórem perpétuum; invoco ut defensórem propítium.

    Tua me sapiéntia dírige, iustítia cóntine, cleméntia soláre, poténtia prótege.

    Óffero tibi, Dómine, cogitánda, ut sint ad te; dicénda, ut sint de te; faciénda, ut sint secúndum te; ferénda, ut sint propter te.

    Volo quidquid vis, volo quia vis, volo quómodo vis, volo quámdiu vis.

    Oro, Dómine: in­te­lléctum illúmines, voluntátem inflámmes, cor emúndes, ánimam sanctífices.

    Défleam prætéritas iniquitátes, repéllam futúras tentatiónes, córrigam vitiósas pro­pen­siónes, éxcolam idóneas virtútes.

    Tríbue mihi, bone Deus, amórem tui, ódium mei, zelum próximi, contémptum mundi.

    Stúdeam superióribus obœdíre, inferióribus subveníre, amícis consúlere, inimícis párcere.

    Vincam voluptátem austeritáte, avarítiam largitáte, iracúndiam lenitáte, te­pi­di­tátem fervóre.

    Redde me prudéntem in consíliis, constántem in perículis, patiéntem in advérsis, húmilem in prósperis.

    Fac, Dómine, ut sim in oratióne atténtus, in épulis sóbrius, in múnere sédulus, in propósito fírmus.

    Curem habére inno­cén­tiam interiórem, modéstiam exteriórem, conversatiónem exemplárem, vitam regulárem.

    Assídue invígilem natúræ domándæ, grátiæ fovéndæ, legi servándæ, salúti promeréndæ.

    Discam a te quam ténue quod terrénum, quam grande quod divínum, quam breve quod tem­po­ráneum, quam durábile quod ætérnum.

    Da, ut mortem prævéniam, iudícium pertímeam, inférnum effúgiam, paradísum obtíneam. Per Christum Dóminum nostrum.

    Amen.

    ORACIÓN A JESÚS CRUCIFICADO

    Mírame, ¡oh mi amado y buen Jesús!, postrado en tu presencia: te ruego, con el mayor fervor, imprimas juntamente en mi corazón los sen­ti­mientos de fe, esperanza, caridad, dolor de mis pecados y firmísimo propósito de jamás ofenderte; mientras que yo, con gran amor y compasión, voy con­si­derando tus cinco llagas, comenzando por aquello que dijo de ti, ¡oh Dios mío!, el santo profeta David: Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis huesos (Sal. 21,17-18) .

    ORACIÓN A JESÚS CRUCIFICADO (EN LATÍN)

    En ego, o bone et dulcíssime Iesu, ante conspéctum tuum génibus me provólvo, ac máximo ánimi ardóre te oro atque obtéstor, ut meum in cor vívidos fídei, spei et caritátis sensus, atque veram peccatórum meórum pœ­ni­tén­tiam, eáque emmendándi fir­mís­si­mam voluntátem velis imprímere; dum magno ánimi afféctu et dolóre tua quinque vúlnera mecum ipse consídero ac mente contémplor, illud præ óculis habens, quod iam in ore ponébat tuo David prophéta de te, o bone Iesu: Fodérunt manus meas et pedes meos: di­nu­me­ravérunt ómnia ossa mea (Ps. 21,17-18).

    ALMA DE CRISTO

    Alma de Cristo, santifícame.

    Cuerpo de Cristo, sálvame.

    Sangre de Cristo, embriágame.

    Agua del costado de Cristo, lávame.

    Pasión de Cristo, confórtame.

    ¡Oh buen Jesús!, óyeme.

    Dentro de tus llagas, escóndeme.

    No permitas que me aparte de ti.

    Del maligno enemigo, defiéndeme.

    En la hora de mi muerte, llámame.

    Y mándame ir a ti.

    Para que con tus santos te alabe por los siglos de los siglos.

    Amén

    Oración a la Santísima Virgen

    ALMA DE CRISTO (EN LATÍN)

    Ánima Christi, sanctífica me.

    Corpus Christi, salva me.

    Sanguis Christi, inébria me.

    Aqua láteris Christi, lava me.

    Pássio Christi, confórta me.

    O bone Iesu, exáudi me.

    Intra tua vúlnera abscónde me.

    Ne permíttas me separári a te.

    Ab hoste malígno defénde me.

    In hora mortis meæ voca me.

    Et iube me veníre ad te.

    Ut cum Sanctis tuis laudem te in sécula sæculórum.

    Amen

    ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN

    Oh María, Virgen y Madre Santísima, he recibido a tu Hijo amadísimo, que concebiste en tus inmaculadas entrañas, criándolo y alimentándolo con tu pecho, y lo abrazaste amorosamente.

    Al mismo que te alegraba contemplar y te llenaba de gozo, te lo presento y te lo ofrezco con amor y humildad para que lo abraces, lo quieras con tu corazón y lo ofrezcas como supremo culto de latría a la Santísima Trinidad, por tu honor y por tu gloria, y por mis necesidades y las de todo el mundo.

    Te ruego, piadosísima Madre, que me alcances el perdón de todos mis pecados y gracia abundante para servirte desde ahora con mayor fidelidad; y por último, la gracia de la perseverancia final, para que pueda alabarle contigo por los siglos de los siglos.

    Amén.

    ORACIÓN A LA SANTÍSIMA VIRGEN (EN LATÍN)

    O Maria, Virgo et Mater sanctíssima, ecce suscépi dilectíssimum Fílium tuum, quem immaculáto útero tuo concepísti, genuísti, lactásti, atque suavíssimis ampléxibus strinxísti.

    Ecce, cuius aspéctu lætabáris et ómnibus delíciis replebáris, illum ipsum tibi humíliter et amánter repræsénto et óffero tuis bráchiis constringéndum, tuo corde amándum, sanctissiméque Trinitáti in suprémum latríæ cultum, pro tui ipsíus honóre et glória et pro meis totiúsque mundi necessitátibus, offeréndum.

    Rogo ergo te, piíssima Mater, ímpetra mihi véniam ómnium peccatórum meórum, uberémque grátiam ipsi deínceps fidélius serviéndi, ac dénique grátiam finálem, ut eum tecum laudáre possim per omnia sǽcula sæculórum.

    Amen.

    .

    ORACIÓN A SAN JOSÉ

    Custodio y padre de vírgenes San José, a cuya fiel custodia fueron en­co­men­dadas la misma inocencia Cristo Jesús y la Virgen de las vírgenes María: por estas dos que­ri­dísimas prendas, Jesús y María, te ruego y te suplico me alcances que, preservado de toda impureza, sirva siempre con alma limpia, corazón puro y cuerpo casto a Jesús y a María.

    Amén.

    ORACIÓN A SAN JOSÉ (EN LATÍN)

    Vírginum custos et pater, sáncte Ioseph, cuius fidéli custódiæ ipsa Innocéntia Christus Iesus et Virgo vírginum Maria commíssa fuit: te per hoc utrúmque caríssimum pignus Iesum et Maríam óbsecro et obtéstor, ut me, ab omni immundítia præ­ser­vátum, mente in­con­ta­mináta, puro corde et casto córpore Iesu et Maríæ semper fácias castíssime famulári.

    Amen.

    CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES

    Antífona. Cantemos el himno de los tres jóvenes, el que los santos cantaban en el horno encendido alabando al Señor (T. P. Aleluya).

    Dan. 3, 57-88 et 56

    1. Bendecid al Señor, todas las obras del Señor; alabadle y ensalzadle por siempre.
    2. Bendecid, cielos, al Señor, bendecid al Señor, ángeles del Señor.
    3. Bendecid al Señor todas las aguas que hay sobre los cielos; bendiga todo poder al Señor.
    4. Bendecid al Señor, sol y luna; estrellas del cielo, bendecid al Señor.
    5. Bendecid al Señor, toda la lluvia y el rocío; todos los vientos, bendecid al Señor.
    6. Bendecid al Señor, el fuego y el calor; frío y calor, bendecid al Señor.
    7. Bendecid al Señor, rocíos y escarchas; hielo y frío, bendecid al Señor.
    8. Bendecid al Señor, hielos y nieves; noches y días, bendecid al Señor.
    9. Bendecid al Señor, luz y tinieblas; rayos y nubes, bendecid al Señor.
    10. Bendiga la tierra al Señor; alábele y ensálcele para siempre.
    11. Bendecid al Señor, montes y collados; todas las cosas que germinan en la tierra, bendecid al Señor.
    12. Bendecid al Señor, mares y ríos; fuentes, bendecid al Señor.
    13. Bendecid al Señor, ballenas y todo lo que vive en el mar; todas las aves del cielo, bendecid al Señor.
    14. Bendecid al Señor, todos los animales y ganados; bendecid, hijos de los hombres, al Señor.
    15. Bendice, Israel al Señor; alabadle y ensalzadle por siempre.
    16. Bendecid al Señor, sacerdotes del Señor; bendecid al Señor, siervos del Señor.
    17. Bendecid al Señor, espíritus y almas de los justos; santos y humildes de corazón, bendecid al Señor.
    18. Bendecid al Señor, Ananías, Azarías y Misael; alabadle y ensalzadle para siempre.
    19. Bendigamos al Padre y al Hijo con el Espíritu Santo; alabémosle y en¬sal¬cémosle para siempre.
    20. Bendito eres en el firmamento del cielo, y loable y glorioso por siempre.
    20Aquí no se dice Gloria, ni Amén.

    Psalmus 150

    1. Alabad al Señor en su santuario; alabadle en su augusto firmamento.
    2. Alabadle por sus grandiosas obras; alabadle por su inmensa majestad.
    3. Alabadle con sones de trompetas; alabadle con salterio y cítara.
    4. Alabadle tañendo tímpanos y cantando a coro; alabadle con ins¬tru¬mentos de cuerda y voces de órgano.
    5. Alabadle con címbalos resonantes, alabadle con címbalos de alegría: todo espíritu alabe al Señor.

    Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
    Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    Antífona. Cantemos el himno de los tres jóvenes, el que los santos cantaban en el horno encendido alabando al Señor (T. P. Aleluya).
    Todos se ponen de pie y quien dirige el rezo dice:

    V/ . Señor, ten piedad.
    R/ . Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
    Padre nuestro.
    V/ . No nos dejes caer en la tentación.
    R/ . Y líbranos del mal.
    V/ . Que te alaben, Señor, todas tus obras.
    R/ . Y que tus santos te bendigan.

    V/ . Se regocijarán los santos en la gloria.

    R/ . Y se alegrarán en sus moradas.

    V/ . No a nosotros, Señor, no a nosotros.

    R/ . Sino a tu nombre da la gloria.

    V/ . Señor, escucha mi oración.

    R/ . Y llegue a ti mi clamor.

    Los sacerdotes añaden:

    V/ . El Señor esté con vosotros.

    R/ . Y con tu espíritu.

    Oración

    Oh Dios, que mitigaste las llamas del fuego para los tres jóvenes, concédenos be¬nig¬na¬mente a tus siervos que no nos abrase la llama de los vicios.

    Te rogamos, Señor, que prevengas nuestras acciones con tu inspiración y que las acompañes con tu ayuda, para que así toda nuestra oración y obra comience siempre en ti, y por ti se concluya.

    Danos Señor, te pedimos, poder apagar las llamas de nuestros vicios. Tú que le concediste a san Lorenzo vencer el fuego que le atormentaba. Por Cristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    CÁNTICO DE LOS TRES JÓVENES (EN LATÍN)

    Antíphona. Trium puerórum cantémus hymnum, quem cantábant sancti in camíno ignis, be¬ne¬di¬céntes Dóminum (T. P. Allelúia).

    Cánticum Trium Puerórum

    Dan. 3, 57-88 et 56

    1. Benedícite, ómnia ópera Dómini, Dómino, laudáte et su¬per¬exal¬táte eum in sǽcula.
    2. Benedícite, cæli, Dómino, benedícite, ángeli Dómini, Dómino.
    3. Benedícite, aquæ omnes, quæ super cælos sunt, Dómino, benedícat omnis virtus, Dómino.
    4. Benedícite, sol et luna, Dómino, benedícite, stellæ cæli, Dómino.
    5. Benedícite, omnis imber et ros, Dómino, benedícite, omnes venti, Dómino.
    6. Benedícite, ignis et æstus, Dómino, benedícite, frigus et æstus, Dómino.
    7. Benedícite, rores et prúina, Dómino, benedícite, gelu et frigus, Dómino.
    8. Benedícite, glácies et nives, Dómino, benedícite, noctes et dies, Dómino.
    9. Benedícite, lux et ténebræ, Dómino, benedícite, fúlgura et nubes, Dómino.
    10. Benedícat terra Dóminum, laudet et su¬per¬exáltet eum in sǽcula.
    11. Benedícite montes et colles, Dómino, benedícite, univérsa germinántia in terra, Dómino.
    12. Benedícite, mária et flúmina, Dómino, benedícite, fontes, Dómino.
    13. Benedícite, cete et ómnia, quæ movéntur in aquis, Dómino, benedícite, omnes vólucres cæli, Dómino.
    14. Benedícite, omnes béstiæ et pécora, Dómino, benedícite, fílii hóminum, Dómino.
    15. Bénedic, Ísraël, Dómino, laudáte et su¬per¬exal¬táte eum in sǽcula.
    16. Benedícite, sacerdótes Dómini, Dómino, benedícite, servi Dómini, Dómino.
    17. Benedícite, spíritus et ánimæ iustórum, Dómino, benedícite, sancti et húmiles corde, Dómino.
    18. Benedícite, Ananía, Azaría, Mísäel, Dómino, laudáte et su¬per¬exal¬táte eum in sécula.
    19. Benedicámus Patrem et Fílium cum Sancto Spíritu; laudémus et su¬per¬exal¬témus eum in sécula.
    20. Benedíctus es in firmaménto cæli et laudábilis et gloriósus in sǽcula.

    Hic non dícitur Glória Patri, neque Amen.

    Psalmus 150

    1. Laudáte Dóminum in sanctuário eius, laudáte eum in firmaménto virtútis eius.
    2. Laudáte eum in magnálibus eius, laudáte eum secúndum mul¬ti¬túdinem mag¬ni¬túdinis eius.
    3. Laudáte eum in sono tubæ, laudáte eum in psaltério et cíthara.
    4. Laudáte eum in týmpano et choro, laudáte eum in chordis et órgano.
    5. Laudáte eum in cýmbalis be¬ne¬so¬nántibus, laudáte eum in cýmbalis iu¬bi¬la¬tiónis: omne quod spirat, laudet

    Dóminum.

    Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
    Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sǽcula sæculórum.

    Amen.

    Antiphona. Trium puerórum cantémus hymnum, quem cantábant sancti in camíno ignis, be¬ne¬di¬céntes Dóminum (T. P. Allelúia).
    Omnes exsúrgunt, et qui preces moderátur dicit:
    V/ . Señor, ten piedad.
    R/ . Cristo, ten piedad. Señor, ten piedad.
    V/ . Kyrie, eléison.
    R/ . Christe, eléison. Kyrie, eléison.
    Pater noster.
    V/ . Et ne nos indúcas in ten¬ta¬tiónem.
    R/ . Sed líbera nos a malo.
    V/ . Con¬fi¬teántur tibi, Dómine, ómnia ópera tua.
    R/ . Et Sancti tui benedícant tibi.
    V/ . Exsultábunt sancti in glória.
    R/ . Lætabúntur in cubílibus suis.
    V/ . Non nobis, Dómine, non nobis.
    R/ . Sed nómini tuo da glóriam.
    V/ . Dómine, exáudi oratiónem meam.
    R/ . Et clamor meus ad te véniat.

    Sacerdotes addunt:

    V/ . Dóminus vobíscum.
    R/ . Et cum spí¬ri¬tu tuo.

    Orémus

    Deus, qui tribus púeris mitigásti flammas ígnium, concéde propítius; ut nos fámulos tuos non exúrat flamma vitiórum.
    Actiónes nostras, quésumus, Dómine, aspirándo préveni et adiuvándo proséquere: ut cuncta nostra orátio et operátio a te semper incípiat, et per te cœpta finiátur.

    Da nobis, quésumus, Dómine, vitiórum nostrórum flammas extínguere; qui beato Lauréntio tribuísti tor¬men¬tórum suórum incéndia superáre. Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.

    Otras Devociones

    SALMO II

    Antífona. Su reinado es sempiterno; y todos los reyes le servirán y le acatarán. (T. P. Aleluya).

    1. ¿Por qué se han amotinado las naciones, y los pueblos meditaron cosas vanas?
    2. Se han levantado los reyes de la tierra, y se han reunido los príncipes contra el Señor y contra su cristo.
    3. «Rompamos, dijeron, sus ataduras, y sacudamos lejos de nosotros su yugo».
    4. El que habita en los cielos se reirá de ellos, se burlará de ellos el Señor.
    5. Entonces les hablará en su indignación, y les llenará de terror con su ira.
    6. «Mas yo constituí mi rey sobre Sión, mi monte santo».
    7. Predicaré su decreto. A mí me ha dicho el Señor: «Tú eres mi hijo; yo te he engendrado hoy.
    8. Pídeme, y te daré las naciones en herencia, y extenderé tus dominios hasta los confines de la tierra.
    9. Los regirás con vara de hierro, y como a vaso de alfarero los romperás».
    10. Ahora, pues, ¡oh reyes!, entendedlo bien: dejaos instruir, los que juzgáis la tierra.
    11. Servid al Señor con temor, y ensalzadle con temblor santo.
    12. Abrazad la buena doctrina, no sea que al fin se enoje, y perezcáis fuera del camino, cuando, dentro de poco, se inflame su ira. Bien¬aven¬turados serán los que hayan puesto en él su confianza.
    13. Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
    14. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

    Antífona. Su reinado es sempiterno; y todos los reyes le servirán y le acatarán. (T. P. Aleluya).

    V/ . Señor, escucha mi oración.
    R/ . Y llegue a ti mi clamor.

    Los sacerdotes añaden:

    V/ . El Señor esté con vosotros.
    R/ . Y con tu espíritu

    Oración

    Omnipotente y sempiterno Dios, que en tu amado Hijo, Rey universal, quisiste instaurarlo todo: concédenos propicio que todos los pueblos, disgregados por la herida del pecado, se sometan a su suavísimo imperio: que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.

    R/ . Amén.

    SALMO II (EN LATÍN)

    Antiphona. Regnum eius regnum sem¬pi¬térnum est, et omnes reges sérvient ei et obœdient. (T. P. Allelúia).

    1. Quare fremuérunt gentes, et pópuli meditáti sunt inánia?
    2. Astitérunt reges terræ, et príncipes convenérunt in unum advérsus Dóminum et advérsus Christum eius:
    3. «Dirumpámus víncula eórum et proiciámus a nobis iugum ipsórum!».
    4. Qui hábitat in cælis, irridébit eos, Dóminus subsannábit eos.
    5. Tunc loquétur ad eos in ira sua et in furóre suo conturbábit eos:
    6. «Ego autem constítui regem meum super Sion, montem sanctum meum!».
    7. Prædicábo decrétum eius. Dóminus dixit ad me: «Fílius meus es tu; ego hódie génui te.
    8. Póstula a me, et dabo tibi gentes he¬re¬di¬tátem tuam et po¬sse¬ssiónem tuam términos terræ.
    9. Reges eos in virga férrea et tamquam vas fíguli confrínges eos».
    10. Et nunc, reges, intellégite, erudímini, qui iudicátis terram.
    11. Servíte Dómino in timóre et exsultáte ei cum tremóre.
    12. Apprehéndite disciplínam, ne quando irascátur, et pereátis de via, cum exárserit in brevi ira eius. Beati omnes, qui confídunt in eo.
    13. Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto.
    14. Sicut erat in princípio, et nunc, et semper, et in sécula sæculórum. Amen.

    Antíphona. Regnum eius regnum sempitérnum est, et omnes reges sérvient ei et obœdient. (T. P. Allelúia).

    V/ . Dómine, exaudi oratiónem meam.
    R/ . Et clamor meus ad te véniat.

    Sacerdotes addunt:

    V/ . Dóminus vobíscum.
    R/ . Et cum spí¬ri¬tu tuo.

    Orémus

    Omnípotens sempitérne Deus, qui in dilécto Fílio tuo, uni¬ver¬sórum Rege, ómnia instauráre voluísti: concéde propítius; ut cunctæ famíliæ géntium, peccáti vúlnere disgregátæ, eius suavíssimo subdántur império: Qui tecum vivit et regnat in unitáte Spíritus Sancti Deus: per ómnia sǽcula sæculórum.

    R/ . Amen.

    SALMO L

    ¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas!

    ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!

    Porque yo reconozco mis faltas y mi pecado está siempre ante mí.

    Contra ti, contra ti solo pequé e hice lo que es malo a tus ojos. Por eso, será justa tu sentencia y tu juicio será irreprochable.

    Yo soy culpable desde que nací; pecador me concibió mi madre.

    Tú amas la sinceridad del corazón y me enseñas la sabiduría en mi interior.

    Purifícame con el hisopo y quedaré limpio; lávame, y quedaré más blanco que la nieve.

    Anúnciame el gozo y la alegría: que se alegren los huesos quebrantados.

    Aparta tu vista de mis pecados y borra todas mis culpas.

    Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu.

    No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.

    Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga.

    Yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti.¡Líbrame de la muerte, Dios, salvador mío, y mi lengua anunciará tu justicia!

    Abre, Señor, mis labios, y mi boca proclamará tu alabanza.

    Los sacrificios no te satisfacen; si ofrezco un holocausto, no lo aceptas.

    Mi sacrificio es un espíritu contrito, tú no desprecias el corazón contrito y humillado.

    Trata bien a Sión, Señor, por tu bondad; reconstruye los muros de Jerusalén.

    Entonces aceptarás los sacrificios rituales – las oblaciones y los holocaustos – y se ofrecerán novillos en tu altar.

    SALMO L (EN LATÍN)

    Miserére mei, Deus, secúndum misericórdiam tuam. Et secúndum multitúdinem miseratiónum tuárum dele iniquitátem meam.

    Ámplius lava me ab iniquitáte mea et a peccáto meo munda me.

    Quóniam iniquitátem meam ego cognósco: et peccátum meum contra me est semper.

    Tibi, tibi soli peccávi, et malum coram te feci, ut iustus inveniáris in senténtia tua et ǽquus in iudício tuo.

    Ecce enim in iniquitáte generátus sum: et in peccáto concépit me mater mea.

    Ecce enim veritátem in corde dilexísti: et in occúlto sapiéntiam manifestásti mihi.

    Aspérges me hyssópo, et mundábor: lavábis me, et super nivem dealbábor.

    Audíre me fácies gáudium et lætítiam, et exsultábunt ossa, quæ contrivísti.

    Avérte fáciem tuam a peccátis meis, et omnes iniquitátes meas dele.

    Cor mundum crea in me, Deus, et spíritum firmum ínnova in viscéribus meis.

    Ne proícias me a fácie tua et spíritum sanctum tuum ne áuferas a me.

    Redde mihi lætítiam salutáris tui, et spíritu promptíssimo confírma me.

    Docébo iníquos vias tuas, et ímpii ad te converténtur.

    Líbera me de sanguínibus, Deus, Deus salútis meæ, et exsultábit língua mea iustítiam tuam.

    Dómine, lábia mea apéries, et os meum annuntiábit laudem tuam.

    Non enim sacrifício delectáris; holocáustum, si ófferam, non placébit.

    Sacrifícium Deo spíritus contribulátus; cor contrítum et humiliátum, Deus, non despícies.

    Benígne fac, Dómine, in bona voluntáte tua Sion, ut ædificéntur muri Ierúsalem.

    Tunc acceptábis sacrifícium iustítiæ, oblatiónes et holocáusta: tunc impónent super altáre tuum vítulos.

    MAGNÍFICAT

    Proclama mi alma la grandeza del Señor y se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

    Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

    Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

    Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia – como lo había prometido a nuestros padres  en favor de Abrahán y su descendencia por siempre.

    Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    MAGNÍFICAT (EN LATÍN)

    Magníficat ánima mea Dóminum, et exsultávit spíritus meus in Deo salvatóre meo, quia respéxit humilitátem ancíllæ suæ.

    Ecce enim ex hoc beátam me dicent omnes generatiónes, quia fecit mihi magna, qui potens est, et sanctum nomen eius, et misericórdia eius in progénies et progénies timéntibus eum.

    Fecit poténtiam in bráchio suo, dispérsit supérbos mente cordis sui; depósuit poténtes de sede et exaltávit húmiles, esuriéntes implévit bonis et dívites dimísit inánes.

    Suscépit Ísraël púerum suum, recordátus misericórdiæ, sicut locútus est ad patres nostros, Ábraham et sémini eius in sécula.

    Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc et semper, et in sécula sæculórum.

    Amen.

    BENEDICTUS

    Bendito sea el Señor, Dios de Israel, porque ha visitado y redimido a su pueblo, suscitándonos una fuerza de salvación en la casa de David, su siervo, según lo había predicho desde antiguo por boca de sus santos Profetas.

    Es la salvación que nos libra de nuestros enemigos y de la mano de todos los que nos odian; realizando la misericordia que tuvo con nuestros padres, recordando su santa alianza y el juramento que juró a nuestro padre Abrahán.

    Para concedernos que, libres de temor, arrancados de la mano de los enemigos, le sirvamos con santidad y justicia, en su presencia, todos nuestros días.

    Y a ti, niño, te llamarán profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor a preparar sus caminos, anunciando a su pueblo la salvación, el perdón de sus pecados.

    Por la entrañable misericordia de nuestro Dios, nos visitará el sol que nace de lo alto, para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte, para guiar nuestros pasos por el camino de la paz.

    Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.

    Amén.

    BENEDICTUS (EN LATÍN)

    Benedíctus Dóminus Deus Ísraël, quia visitávit et fecit redemptiónem plebis suæ; et eréxit cornu salútis nobis, in domo David, púeri sui: sicut locútus est per os sanctórum, qui a saéculo sunt, prophetárum eius.

    Salútem ex inimícis nostris, et de manu ómnium, qui odérunt nos: ad faciéndam misericórdiam cum pátribus nostris, et memorári testaménti sui sancti; iusiurándum, quod iurávit ad Ábraham, patrem nostrum.

    Datúrum se nobis, ut sine timóre, de manu inimicórum nostrórum liberáti, serviámus illi, in sanctitáte et iustítia coram ipso, ómnibus diébus nostris.

    Et tu, puer, prophéta Altíssimi vocáberis: præíbis enim ante fáciem Dómini paráre vias eius, ad dandam sciéntiam salútis plebi eius, in remissiónem peccatórum eórum.

    Per víscera misericórdiæ Dei nostri, in quibus visitávit nos Oriens ex alto: illumináre his, qui in ténebris et in umbra mortis sedent, ad dirigéndos pedes nostros in viam pacis.

    Glória Patri, et Fílio, et Spirítui Sancto. Sicut erat in princípio, et nunc et semper, et in sécula sæculórum.

    Amen.

    OH CRUZ SANTA

    Atribuida a S. Andrés Apóstol
    Oh Cruz Santa, que fuiste adornada con los miembros del Señor, tantas veces deseada, profundamente amada, constantemente buscada y al fin preparada para mi alma: recógeme de entre los hombres y llévame junto a mi Maestro, para que por ti me reciba quien por ti me redimió.

    OH CRUZ SANTA (EN LATÍN)

    O Bona Crux, quæ decórem ex membris Dómini suscepísti, diu desideráta, sollícite amáta, sine intermissióne quæsíta, et aliquándo cupiénti ánimo præparáta: áccipe me ab homínibus, et redde me magistro meo: ut per te me recípiat, qui per te me redémit.

    VIA CRUCIS

    – En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
    – Oración introductoria.
    – Anuncio de cada estación.
    V/ . Te adoramos, oh Cristo, y te bendecimos.
    R/ . Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
    – Lectura y meditación correspondiente a la estación.
    V/ . Padre nuestro…
    V/ . Avemaría…
    V/ . Señor, pequé.
    R/ . Tened piedad y misericordia de mí.
    Al terminar el Via Crucis se pueden rezar estas oraciones:

    Oración de aceptación de la muerte

    Oh Dios, Padre mío, Señor de la vida y de la muerte, que con decreto inmutable, en justo castigo de nuestras culpas, has establecido que todos los hombres hayan de morir: mírame aquí postrado delante de ti. Aborrezco de todo corazón mis culpas pasadas, por las que he merecido mil veces la muerte, que ahora acepto para expiarlas y para obedecer a tu amable Voluntad. Gustosamente moriré, Señor, en el tiempo, en el lugar, del modo que Tú quieras, y hasta entonces aprovecharé los días de vida que me queden, para luchar contra mis defectos y crecer en tu amor, para romper todos los lazos que atan mi corazón a las criaturas, para preparar mi alma a comparecer en tu presencia; y desde ahora me abandono sin reservas en los brazos de tu paternal Providencia.

    Oración para obtener una buena muerte

    Creador mío y Padre mío, te pido la más importante de todas tus gracias: la perseverancia final y una muerte santa. Por grande que haya sido el abuso hecho de la vida que me has dado, concédeme vivirla desde ahora y terminarla en tu santo amor. Que yo muera como los Santos Patriarcas, dejando sin tristeza este valle de lágrimas, para ir a gozar del descanso eterno en mi verdadera patria. Que yo muera como el glorioso San José, acompañado de Jesús y de María, pronunciando estos nombres dulcísimos, que espero bendecir por toda la eternidad. Que yo muera como la Virgen Inmaculada, en la caridad más pura y con el deseo de unirme al único objeto de mis amores. Que yo muera como Jesús en la Cruz, plenamente identificado con la Voluntad del Padre, hecho holocausto por amor. Jesús, muerto por mí, concédeme la gracia de morir en un acto de perfecta caridad hacia ti. Santa María, Madre de Dios, ruega por mí ahora y en la hora de mi muerte. San José, mi padre y señor, alcánzame que muera con la muerte de los justos.

    Oración para el momento de la muerte

    Señor, Dios mío: ya desde ahora acepto de buena voluntad, como venida de tu mano, cualquier género de muerte que quieras enviarme, con todas sus angustias, penas y dolores.
    V/ . Jesús, José y María.
    R/ . Os doy el corazón y el alma mía.
    V/ . Jesús, José y María.
    R/ . Asistidme en la última agonía.
    V/ . Jesús, José y María.
    R/ . En vos descanse en paz el alma mía.

    ORACIÓN MENTAL

    Al comenzar:

    Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo.

    Amén.

    Señor mío y Dios mío: creo firmemente que estás aquí, que me ves, que me oyes. Te adoro con profunda reverencia. Te pido perdón de mis pecados y gracia para hacer con fruto este rato de oración. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

    Al terminar:

    Te doy gracias, Dios mío, por los buenos propósitos, afectos e ins­pi­ra­ciones que me has comunicado en esta meditación. Te pido ayuda para ponerlos por obra. Madre mía Inmaculada, San José, mi padre y señor, Ángel de mi guarda: interceded por mí.

    LECTURA ESPIRITUAL

    Al comenzar:

    ¡Ven, oh Santo Espíritu!, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu amor.

    V/ . Envía tu Espíritu y serán creados.
    R/ . Y renovarás la faz de la tierra.

    Oración

    Oh Dios, que habéis instruido los corazones de los fieles con la luz del Espíritu Santo, concedednos según el mismo Espíritu conocer las cosas rectas y gozar siempre de sus divinos consuelos. Por Jesucristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    Al terminar:

    V/ . Te damos gracias por todos tus beneficios, omnipotente Dios, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

    R/ . Amén.

    V/ . El Señor nos dé su paz.
    R/ . Y la vida eterna.

    R/ . Amén.

    LECTURA ESPIRITUAL (EN LATÍN)

    Veni, Sancte Spíritus!, reple tuórum corda fidélium: et tui amóris in eis ignem accénde.

    V/ . Emitte Spíritum tuum, et creabúntur.
    R/ . Et renovábis faciem terræ.

    Orémus

    Deus, qui corda fidélium Sancti Spíritus il¬lus¬tra¬tióne docuísti, da nobis in eódem Spíritu recta sápere; et de eius semper con¬so¬latióne gaudére. Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.

    V/ . Ágimus tibi gratias, omnípotens Deus, pro univérsis benefíciis tuis, qui vivis et regnas in sécula sæculórum.

    R/ . Amen.

    V/ . Deus det nobis suam pacem.

    R/ . Et vitam ætérnam.

    R/ . Amen.

    BENDICIÓN DE LA MESA

    V/ . Bendícenos, Señor, y bendice estos alimentos que por tu bondad vamos a tomar.

    R/ . Amén.

    V/ . El Rey de la gloria eterna nos haga partícipes de la mesa celestial.

    R/ . Amén.

    Acción de gracias

    V/ . Te damos gracias por todos tus beneficios, omnipotente Dios, que vives y reinas por los siglos de los siglos.

    R/ . Amén.

    V/ . El Señor nos dé su paz.
    R/ . Y la vida eterna.

    R/ . Amén..

    BENDICIÓN DE LA MESA (EN LATÍN)

    V/ . Bénedic, Dómine, nos et hæc tua dona quæ de tua largitáte sumus sumptúri. Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.

    Ante prándium

    V/ . Mensæ cæléstis partícipes faciat nos, Rex ætérnæ glóriæ.

    R/ . Amen.

    Ante cenam

    V/ . Ad cenam vitæ ætérnæ perdúcat nos, Rex ætérnæ glóriæ.

    R/ . Amen.

    Post prándium vel cenam

    V/ . Ágimus tibi gratias, omnípotens Deus, pro univérsis benefíciis tuis, qui vivis et regnas in sécula sæculórum.

    R/ . Amen.

    V/ . Deus det nobis suam pacem.

    R/ . Et vitam ætérnam.

    R/ . Amen.

     

    BENDICIÓN DE VIAJE

    Que por la intercesión de Santa María tengamos (tenga, tengas, tengáis) un buen viaje: que el Señor esté en nuestro (mi, tu, vuestro) camino, y sus Ángeles nos (me, te, os) acompañen.

    En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

    BENEDICTIO PRO ITÍNERE (EN LATÍN)

    Beata Maria in¬ter¬ce¬dénte, bene ambulémus (ámbulem, ámbules, ambulétis): et Dóminus sit in itínere nostro (meo, tuo, vestro), et Ángeli eius comiténtur nobíscum (mecum, tecum, vobíscum).

    In nómine Patris, et Fílii, et Spíritus Sancti. Amen.

    Difuntos

    RESPONSO I

    Yo soy la resurrección y la vida – dice el Señor –; quien cree en Mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que vive y cree en Mí no morirá eternamente. (cfr. Juan 11, 25-26)

    V/ . Venid en su ayuda, Santos de Dios; salid a su encuentro, Ángeles del Señor.
    R/ . Recibid su alma, y presentadla ante el Altísimo.
    V/ . Cristo que te llamó, te reciba y los Ángeles te conduzcan al regazo de Abraham.
    R/ . Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.
    V/ . Concédele, Señor, el descanso eterno y brille para él (ella) la luz eterna.
    R/ . Recibid su alma y presentadla ante el Altísimo.
    Agua bendita.
    V/ . Señor, ten piedad.
    R/ . Cristo, ten piedad, Señor, ten piedad.
    Padre nuestro…
    V/ . Libra, Señor, su alma.
    R/ . De las penas del infierno.
    V/ . Descanse en paz.
    R/ . Amén.
    V/ . Señor, escucha nuestra oración.
    R/ . Y llegue a ti nuestro clamor.
    V/ . El Señor esté con vosotros.
    R/ . Y con tu espíritu.

    Oremos

    Oh Dios, que concedes el perdón y quieres la salvación de los hombres: te rogamos que, por la intercesión de la Santísima Virgen María y de todos los Santos, concedas la bien­aven­tu­ranza a tu hijo (hija), a quien llamaste de este mundo. No le (la) abandones en manos del enemigo, ni te olvides de él (ella) para siempre; sino recíbelo (la) con tus santos Ángeles en el Cielo, su patria definitiva. Y porque creyó y esperó en ti, concédele para siempre las alegrías del Cielo. Por Cristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    Yo soy la resurrección y la vida; quien cree en Mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo el que vive y cree en Mí no morirá eternamente. (Juan 11, 25-26)

    V/ . Concédele, Señor, el descanso eterno.
    R/ . Y brille para él (ella) la luz eterna.
    V/ . Descanse en paz.
    R/ . Amén.

    RESPONSO II

    V/ . No te acuerdes, Señor, de mis pecados.
    R/ . Cuando vengas a juzgar al mundo por medio del fuego.
    V/ . Señor, Dios mío, dirige mis pasos en tu presencia.
    R/ . Cuando vengas a juzgar al mundo por medio del fuego.
    V/ . Concédele (s), Señor, el descanso eterno, Y que le (s) alumbre la luz eterna.
    R/ . Cuando vengas a juzgar al mundo por medio del fuego.
    V/ . Señor, ten piedad.
    R/ . Cristo, ten piedad, Señor, ten piedad.
    Padre nuestro…
    V/ . Libra, Señor, su alma (sus almas).
    R/ . De las penas del infierno.
    V/ . Descanse (descansen) en paz.
    R/ . Amén.
    V/ . Señor, escucha mi oración.
    R/ . Y llegue a ti mi clamor.
    V/ . El Señor esté con vosotros.
    R/ . Y con tu espíritu.

    Oremos

    Te rogamos, Señor, que absuelvas el alma de tu siervo N. (de tu sierva N.) de todo vínculo de pecado, para que viva en la gloria de la resurrección, entre tus santos y elegidos. Por Cristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.
    V/ . Concédele (concédeles) Señor, el descanso eterno.
    R/ . Y brille para él (ella, ellos) la luz eterna.
    V/ . Descanse (descansen) en paz.
    R/ . Amén.
    V/ . Su alma (sus almas) y las de todos los fieles difuntos descansen en paz, por la misericordia del Señor.
    R/ . Amén.

    Otras oraciones

    Por los padres:

    Oremos

    Oh Dios, que nos mandaste honrar al padre y a la madre, apiádate clemente de las almas de nuestros padres, y perdónales sus pecados; y haz que los veamos en el gozo de la eterna caridad. Por Jesucristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    Por todos los fieles difuntos:

    Oremos

    Oh Dios, Creador y Redentor de todos los fieles, concede a las almas de tus siervos y siervas el perdón de todos los pecados, para que consigan por nuestras piadosas súplicas la indulgencia que siempre desearon. Por Jesucristo nuestro Señor.

    R/ . Amén.

    RESPONSÓRIUM I (EN LATÍN)

    V/ . Ne recordéris peccáta mea, Dómine.
    R/ . Dum véneris iudicáre séculum per ignem.
    V/ . Dírige, Dómine Deus meus, in conspéctu tuo viam meam.
    R/ . Dum véneris iudicáre séculum per ignem.
    V/ . Réquiem ætérnam dona ei(s), Dómine, et lux perpétua lúceat ei(s).
    R/ . Dum véneris iudicáre séculum per ignem.
    V/ . Kýrie, eléison.
    R/ . Christe, eléison. Kýrie, eléison.

    Sacérdos dicit alta voce:

    Pater noster.

    Et secréto continuátur ab ómnibus. Póstea sacérdos dicit:

    V/ . Et ne nos indúcas in tentatiónem.
    R/ . Sed líbera nos a malo.
    V/ . A porta ínferi.
    R/ . Érue, Dómine, ánimam eius (ánimas eórum).
    V/ . Requiésca(n)t in pace.
    R/ . Amen.
    V/ . Dómine, exáudi oratiónem meam.
    R/ . Et clamor meus ad te véniat.
    V/ . Dóminus vobíscum.
    R/ . Et cum spíritu tuo.

    Pro uno defúncto:

    Orémus

    Absolve quǽsumus, Dómine, fámulum tuum (fámulam tuam) N. ab omni vínculo delictórum, ut, qui (quæ) in hoc sǽculo Christo méruit conformári, in re­su­rrec­tiónis glória inter Sanctos tuos resuscitátus (resuscitáta) respíret. Per Christum Dóminum nostrum.

    Pro ómnibus fidélibus defúnctis:

    Orémus

    Fidélium, Deus, ómnium cónditor et redémptor: animábus famulórum, famularúmque tuarum remissiónem cunctórum tríbue peccatórum; ut indulgéntiam, quam semper optavérunt, piis sup­pli­ca­tiónibus consequántur.

    Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.
    V/ . Réquiem ætérnam dona ei(s), Dómine.
    R/ . Et lux perpétua lúceat ei(s).
    V/ . Requiésca(n)t in pace.
    R/ . Amen.
    V/ . Ánima eius (Ánimæ eórum) et ánimæ ómnium fidélium defunctórum per misericórdiam Dei requiéscant in pace.
    R/ . Amen.

    RESPONSÓRIUM II (EN LATÍN)

    V/ . In nómine Patris, et Fílii et Spíritus Sancti.
    R/ . Amen.
    V/ . Benedíctus Deus et Pater Dómini nostri Iesu Christi, Pater mi­se­ri­cordiárum et Deus totíus consolatiónis, qui consolátur nos in omni tribulatióne nostra.
    R/ . Amen.
    V/ . De profúndis clamávi ad te, Dómine; Dómine, exáudi vocem meam.
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . Fiant aures tuæ intendéntes in vocem deprecatiónis meæ.
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . Si iniquitátes observáveris, Dómine, Dómine, quis sustinébit?
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . Quia apud te propitiátio est, et propter legem tuam sustínui te, Dómine.
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . Sustínuit ánima mea in verbo eius; sperávit ánima mea in Dómino.
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . A custódia matutina usque ad noctem, speret Ísraël in Dómino.
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . Quia apud Dóminum misericórdia: et copiosa apud eum redémptio.
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . Et ipse redímet Ísraël ex ómnibus iniquitátibus eius.
    R/ . Sperávit ánima mea in Dómino.
    V/ . Dóminus vobíscum.
    R/ . Et cum spíritu tuo.

    Orémus

    Inclína, Dómine, aurem tuam ad preces nostras, quibus misericórdiam tuam súpplices deprecámur, ut ánimam fámuli tui (fámulæ tuæ) N., quam de hoc sǽculo migráre iussísti, in pacis ac lucis regióne constítuas, et sanctórum tuórum iúbeas esse consórtem. Per Christum Dóminum nostrum.

    R/ . Amen.

    Formulas Doctrina Católica

    EL DOBLE MANDAMIENTO DEL AMOR

    – Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente.
    – Amarás al prójimo como a ti mismo.

    LA REGLA DE ORO (MT 7, 12)

    Tratad a los demás como queráis que ellos os traten a vosotros.

    LOS DIEZ MANDAMIENTOS

    1. Amarás a Dios sobre todas las cosas.
    2. No tomarás el nombre de Dios en vano.
    3. Santificarás las fiestas.
    4. Honrarás a tu padre y a tu madre.
    5. No matarás.
    6. No cometerás actos impuros.
    7. No robarás.
    8. No darás falso testimonio ni mentirás.
    9. No consentirás pensamientos ni deseos impuros.
    10. No codiciarás los bienes ajenos.

    LAS BIENAVENTURANZAS

    1. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos.
    2. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra.
    3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.
    4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
    5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.
    6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.
    7. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
    8. Bienaventurados los perseguidos a causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos.

    – Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan contra vosotros toda clase de calumnias por mi causa. Alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa será grande en el cielo.

    Las tres virtudes teologales

    LAS TRES VIRTUDES TEOLOGALES

    1. Fe.
    2. Esperanza.
    3. Caridad.

    LAS CUATRO VIRTUDES CARDINALES

    1. Prudencia.
    2. Justicia.
    3. Fortaleza.
    4. Templanza.

    LOS SIETE DONES DEL ESPÍRITU SANTO

    1. Sabiduría.
    2. Entendimiento.
    3. Consejo.
    4. Fortaleza.
    5. Ciencia.
    6. Piedad.
    7. Temor de Dios.

    LOS DOCE FRUTOS DEL ESPÍRITU SANTO

    1. Amor.
    2. Alegría.
    3. Paz.
    4. Paciencia.
    5. Longanimidad.
    6. Bondad.
    7. Benignidad.
    8. Mansedumbre.
    9. Fe.
    10. Modestia.
    11. Continencia.
    12. Castidad.

    LOS CINCO MANDAMIENTOS DE LA IGLESIA

    1. Oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar.
    2. Confesar los pecados mortales al menos una vez al año, y en peligro de muerte, y si se ha de comulgar.
    3. Comulgar al menos por Pascua de Resurrección.
    4. Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Santa Madre Iglesia.
    5. Ayudar a la Iglesia en sus necesidades.

    LAS SIETE OBRAS DE MISERICORDIA CORPORALES

    1. Visitar y cuidar a los enfermos.
    2. Dar de comer al hambriento.
    3. Dar de beber al sediento.
    4. Dar posada al peregrino.
    5. Vestir al desnudo.
    6. Redimir al cautivo.
    7. Enterrar a los muertos.

    LAS SIETE OBRAS DE MISERICORDIA ESPIRITUALES

    1. Enseñar al que no sabe.
    2. Dar buen consejo al que lo necesita.
    3. Corregir al que yerra.
    4. Perdonar las injurias.
    5. Consolar al triste.
    6. Sufrir con paciencia los defectos de los demás.
    7. Rogar a Dios por vivos y difuntos.

    LOS SIETE PECADOS CAPITALES

    1. Soberbia.
    2. Avaricia.
    3. Lujuria.
    4. Ira.
    5. Gula.
    6. Envidia.
    7. Pereza.

    LOS NOVÍSIMOS

    1. Muerte.
    2. Juicio.
    3. Infierno.
    4. Gloria.

     

  • Cofradía del Cristo del Fossar

    Historia

    Los templos de Ciutat Vella celebraron con solemnidad y fervor la Semana Santa y de ello existe testimonio en documentos históricos desde el siglo XIV hasta fechas recientes.

    El Diario de Valencia que apareció en el año 1790 daba noticia curiosa de la Semana Santa en aquellos tiempos: “esta tarde se hace el descendimiento de la Cruz muy devoto, con Sermón del Paso y Procesión de Entierro en diferentes iglesias”. Entre esas iglesias se encontraba, sin duda, San Nicolás.

    El Llibre de Fàbrica de Jaume Roig (1455) documenta la devoción al “Cristo del Fossar” desde los mismos orígenes del templo en 1238. Junto al título de San Nicolás, es la devoción más antigua de la Parroquia, conservada hasta nuestros días.

    En el propio campanario hay una Capilla – que se contempla en la plaza de San Nicolás – dedicada a esta advocación.

    Cada Viernes Santo salía de San Nicolás la Procesión del Santo Entierro con una imagen yacente de Cristo. Con el paso de los años sin embargo, dejó de celebrarse la procesión en el último tercio del siglo XX, por la propia despoblación del centro histórico.

    Hemos recuperado la Cofradía del Cristo del Fossar que, entre otras cosas, organiza de nuevo la Procesión del Santo Entierro el Viernes Santo. Por tanto, junto a los oficios litúrgicos de la Semana Santa, que vuelven a celebrarse en la Parroquia con solemnidad, las calles del distrito de Ciutat Vella recuperan esta manifestación de religiosidad popular.

    La Cofradía del Cristo del Fossar es una corporación colegial de fieles, sin ánimo de lucro, constituida en la Parroquia de San Nicolás, de Valencia.

    La Cofradía se rige por sus Estatutos, las disposiciones del derecho universal y particular de la Iglesia Católica y por aquellas otras del ordenamiento civil que son acordes con su naturaleza.

    La Cofradía tiene su domicilio social en la misma Parroquia de San Nicolás, Calle de Caballeros, 35 b, 46001,Valencia.

    Fines

    Los fines de la Cofradía son:

    • fomentar la devoción al Cristo del Fossar;
    • promover el culto público cooperando con la Parroquia en la organización de la procesión del Santo Entierro del Viernes Santo y otros actos de Semana Santa; la Cruz de Mayo, y otras devociones religiosas populares.

    La cofradía trata de aprovechar los vínculos asociativos para enriquecer el conocimiento de la Doctrina, del Magisterio de la Iglesia y favorecer la práctica de los sacramentos. Asume también fines de formación humana (culturales, artísticos, deportivos, científicos, etc.) y fines caritativos: asistencia a enfermos, marginados, inmigrantes y obras de misericordia.

    Miembros de la Cofradía

    Los miembros de la Cofradía son socios numerarios, socios adscritos y socios honorarios.

    Los cofrades numerarios son los miembros de pleno derecho, con voz y voto en las asambleas y reuniones de la Cofradía.

    Han de ser bautizados, mayores de edad y manifestar públicamente su adhesión a la Iglesia.

    Los cofrades adscritos pueden ser los menores de edad, no bautizados o miembros de otras confesiones cristianas que se suman a las actividades de la Cofradía.

    Los cofrades honorarios son nombrados como tales por los órganos de gobierno de la Cofradía.

    Admisión de cofrades

    Las personas interesadas en ser cofrades numerarios pedirán libremente la incorporación avalados, al menos, por dos cofrades.

    Composición de la Junta Directiva

    Presidente: Juan Antonio Barberá Payá

    Vicepresidente: Juan José Soler Ros

    Secretario: José Benet Torres

    Tesorero: José Raimundo Crespo Ruiz

    Vocal de Culto: Mila Bas Enguix

    Vocal de Procesión: Joan Carles Salanova Albiach

    Vocal Cruz de Mayo: Agustín Puig Nebot

    Vocal de Protocolo: Ángel Torres Ponce

     

    La Cofradía está abierta a toda persona que quiera sumarse, y permanece en contacto con otras asociaciones de tipo religioso, social, cultural para organizar directamente estos actos.

    Notas de interés y nuevos cofrades

    Si quieres hacer partícipe a tus familiares y amigos de nuestra cofradía, presenta tu ficha de solicitud de ingreso que puedes descargar aquí.

    Contacto

    Haz llegar a la Junta de Gobierno tus observaciones, dudas o sugerencias a través del correo electrónico:

    cofradiadelfossar@sannicolasvalencia.com

  • Solicitudes de grabación de imágenes y actos culturales

  • Galería

     

  • Contacto

    Parroquia de San Pedro Mártir y San Nicolás Obispo
    Calle de Caballeros nº 35
    46001 Valencia
    Teléfono: 96391 33 17
    Email: secretaria@sannicolasvalencia.com

  • Enlaces de interés