Cáliz y Patena Calixto III.

MEDIADOS DEL SIGLO XVI.
PLATA DORADA Y REPUJADA Y CON ELEMENTOS CINCELADOS

Cáliz y Patena Calixto III.

MEDIADOS DEL SIGLO XVI
PLATA DORADA Y REPUJADA Y CON ELEMENTOS CINCELADOS

A la liturgia de la Misa se suman los vasos sagrados destinados o bien al Santo Sacrificio o bien a conservar, transportar y exponer el Santo Sacramento.
Debido a su función y  a su contacto directo con el pan y el vino, los vasos eucarísticos (el cáliz y la patena) sus materiales y decoración han ido variando a lo largo de la Historia. Este cáliz y esta patena que se conservan en San Nicolás, presentan una decoración avanzada y plenamente renacentista y se considera, tradicionalmente, que fueron un obsequio del papa Calixto III a la Parroquia de San Nicolás.

Un cáliz se compone de tres partes: copa, astil y pie. Estos elementos y su decoración han ido variando a lo largo de la Historia del Arte, aumentando su complejidad.

La peana está formada por seis lóbulos y seis puntas de estrella. Sobre los lóbulos se disponen espacios circulares en los que se representan imágenes repujadas:  La Anunciación, San Pedro y San Pablo, San Mateo y San Lucas, San Nicolás Obispo y San Pedro Mártir, San Marcos y San Juan y el Calvario. Sobre las puntas de estrella: ángeles en relieve sentados con instrumentos de la Pasión.

El astil, formado por cuatro cuerpos superpuestos, se decora con amorcillos sobre delfines en las esquinas. Ménsulas, corona de hojas y frutos, hojas de acanto, cabezas de querubines, los acompañan.

La sotocopa presenta dos filas de querubines sobrepuestas a guirnaldas de hojas y alternadas con cabezas de carnero en altorrelieve. Una pequeña crestería vegetal remata la decoración para pasar a una superficie lisa.

La patena, compuesta por un anillo exterior, está decorada con cabezas de querubines y guirnaldas vegetales. En el interior, un anillo con roleos vegetales enmarca un círculo que representa un Cristo llamando a juicio.