27/04/2020

Nuevo Comunicado de la Parroquia de San Nicolás

«A nadie se le escapa lo doloroso que ha sido tomar la decisión de cerrar los templos, cuando nuestros pueblos y ciudades se han visto seriamente afectados por la pandemia, y cuando tenemos que llorar la muerte de muchos miles de personas, algunas de ellas familiares o amigos.

Muchas de esas decisiones han sido tomadas por los obispos después de un detenido examen y tras intercambiar pareceres y recabar el consejo de personas expertas.

Todas las medidas se han tomado teniendo muy presente la obligación de contribuir al bien común, la salud pública en este caso y respetar la vida y la salud del prójimo.

Nuestros pastores nos han exhortado siempre a vivir con serenidad estos difíciles momentos y a obedecer las disposiciones de las autoridades civiles con sentido de responsabilidad, sabiendo que si todos actuamos así, contribuimos a una más temprana superación de la crisis y a limitar sus daños.

La Iglesia no solo ha apoyado las medidas tomadas por la autoridad civil, sino que, incluso, ha ido más allá de lo exigido por el tenor estricto de las medidas adoptadas con el Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo y el sucesivo 465/2020 de 17 de marzo.

En efecto, en el art. 11 del primero de estos Reales Decretos, en el que se trata específicamente de las medidas de contención en relación con los lugares de culto y con las ceremonias civiles y religiosas, se dice que “la asistencia a los lugares de culto y a las ceremonias civiles y religiosas (…), se condicionan a la adopción de medidas organizativas consistentes en evitar aglomeraciones de personas, en función de las dimensiones y características de los lugares, de tal manera que se garantice a los asistentes la posibilidad de respetar la distancia entre ellos de, al menos, un metro”.

Como se puede constatar, el Decreto en cuestión no ha suspendido la apertura de los templos, ni la celebración del culto, ni la asistencia al mismo. Solo pide que se eviten las aglomeraciones ˗que se definen como tales teniendo en cuenta las dimensiones de los lugares˗, y que se respete la así llamada distancia social.

Por otro lado, resulta evidente que el derecho fundamental a reunirse y practicar el culto, recogido en la Constitución, no puede menos de comportar el poder moverse para asistir a los mismos. Ampararse en pretendidas medidas legales cuya existencia nadie conoce ˗y menos todavía su exacto alcance˗, e impedir en base a las mismas el acceso o la participación en los actos de culto, difícilmente podría interpretarse si no es como la suspensión de un derecho fundamental. Lo que, desde luego, no es cosa menor y no deja de producir seria preocupación.

Por nuestra parte, seguiremos observando lo establecido por el Real Decreto 463/2020 de 14 de marzo y por el Arzobispo de Valencia, como hasta ahora, pero muy atentos, a la vez, a cualquier cambio que se produzca en la actual situación, de manera que se pueda volver cuanto antes, aunque sea de manera gradual, a la plena normalidad eclesial.

Utilizar la santa Misa como arma arrojadiza contra los pastores de la Iglesia es pervertir su significado. El sacramento de la Comunión no puede ser un motivo para sembrar desconfianza, discordia y ruptura.

Los católicos de nuestras parroquias no andan en vídeos reivindicando misas a los obispos. No son así. No los reconozco. Los católicos de nuestras parroquias son personas humildes, sencillas, preocupados por el bien común, que sufren por no poder participar en la Santa Misa de modo presencial, pero que rezan y que aguardan con fe poder hacerlo pronto.

La verdadera campaña que debemos hacer todos, creo, es la de la oración; para que, cuanto antes, las cosas vuelvan a la normalidad.

De momento la Parroquia de San Nicolás permanecerá abierta PARA REZAR

LUNES: 9-13; 17-19 h.

MARTES A SÁBADO: 10,30-12,30 h.

DOMINGO: 9,30-12,00 h.

La visita cultural sigue suspendida hasta nuevo aviso.

Que Dios nos ayude».